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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Actitud de los escribas y fariseos / Autor: Comunidad de Carmelitas Descalzas de Toro


Lucas 7,31-35

En aquel tiempo el Señor dijo:«¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: "Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado." «Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: "Demonio tiene." Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: "Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores." Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos».



Reflexión:


Es difícil librarse de la influencia del “qué dirán” A todos nos salpica la opinión de los otros. Todos queremos tener un lugar en el corazón del otro. Nos gusta ser estimados y nos duele cuando oímos algún comentario no favorable a nuestra persona. Es que se nos ha preparado más para vivir de la exterioridad que de la riqueza que lleva dentro de sí toda persona; por eso andamos como veletas al vaivén de la opinión de la gente. Sí, es difícil tener un criterio personal, ser dueño de sí y vivir felices.

El Evangelio es exigente y no admite componendas: hay valores que no son conmutables por ninguna opinión; quizá por ser fiel a ellos te toque sufrir la crítica mordaz de la gente, pero al final lo auténtico da su talla, porque la luz es más fuerte que las tinieblas.

Señor, Jesús, que viniste al mundo como luz, no permitas nos cieguen las tinieblas del mal, sino que iluminados por el resplandor de tu rostro seamos ante el mundo testigos de tu amor.

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