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jueves, 20 de septiembre de 2007

La unción del Espíritu Santo / Autor. Victor Rodríguez


Vamos a leer en el penúltimo libro del Antiguo Testamento, Zacarías, capítulo 8:23

Esta mañana escuchamos a Guido en una exposición sobre justicia y santidad. Hacía mucho que no lo escuchaba y recordaba cuánto bien nos trajo, y esta mañana ¡cuánto bien nos trajo la palabra! Quisiera continuar en esta línea.

Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.

Llegará un momento en que la manifestación de Dios será tal que no hará falta ningún tipo de propaganda, ni por televisión ni por periódicos ni por radio. La palabra llegará sola; es una palabra profética para un momento profético del pueblo de Israel. Muchos tomarían del manto a uno del pueblo de Dios y le dirán “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros”. En tu congregación no hará falta que repartas ningún tipo de aviso, se correrá de persona a persona que Dios está entre nosotros. Si tú usas los cebos para atraer a Dios, y ayer hablamos de uno de estos cebos, que es el quebrantamiento, y esta mañana hemos oído de la justicia y la santidad, y esta noche vamos a ponerle un cebo a Dios; lo decimos con reverencia, pero le diremos que queremos la unción del Espíritu Santo.

Cuando la unción aterrice sobre vos ocurrirán algunas cosas como vemos en la Biblia, como con Noé, por ejemplo, Cuando la unción vino sobre Noé, uno solo, vino un juicio sobre toda la tierra. Uno solo que tenga la unción del Espíritu Santo, ¡uno solo! Bajando del monte, a Moisés le resplandecía el rostro, él no se daba cuenta pero el pueblo lo veía. Una fuerza descomunal que no era de ningún hombre, era de Dios, así se desató la unción sobre Sansón, y cuando vino la unción sobre María, ocurre el nacimiento más maravilloso de toda la historia de la humanidad: Jesús.

¿Qué ocurre cuando esta unción está con nosotros? Otro pasaje para leer es Isaías 11:

1Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

En el v. 2 dice que es un vástago, señalando a Cristo, un retoño, reposará sobre él, el Espíritu de Jehová.

Pasamos al capítulo 61. Aquí está la tarjeta de identificación que usó Jesús en el templo, para mostrar quién era él.

El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

Una vez más en el v. 1 “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí” ¿Qué es la unción? Cuando nos convertimos el Espíritu Santo viene a morar a nuestros corazones; el arrepentimiento abrió las puertas, la entrega al Señor ha hecho factible que el Espíritu venga a morar dentro de nosotros, pero aquí dice que dice que el Espíritu viene a morar, no dentro, sino sobre: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre…” En Pentecostés el Espíritu no vino a el corazón de los que allí estaban sino sobre. Recibiréis poder y vendrá sobre vosotros. Una cosa es tener el Espíritu en y otra cosa es tenerlo sobre nosotros.

Jesús nació por la obra y gracia del Espíritu Santo. El nació bastante distinto de nosotros. Podemos decir que nació sin el viejo hombre; nació sin la herencia del pecado; no era descendiente de Adán, él descendía de Dios. Pero fue necesario que cuando comenzara su ministerio, el Espíritu Santo viniera sobre él como paloma. Y no comenzó nada sin que el Espíritu Santo hubiera venido sobre él. Antes de que ascendiera a los cielos el Señor tuvo que decirle a los discípulos “no salgan de Jerusalén hasta que sean investidos”. Y sobre esto es que quiero compartir algo y quiero que lo recibamos y aquel que lo recibió muchas veces hoy lo puede recibir una vez más, es una confirmación; y aquel que lo tiene como algo histórico, allá, dos o diez años atrás, y no sabe lo que es vivir con la unción continua, la dejó de lado, no la cuidó, tienes que pedir perdón a Dios, porque él te ungió, te preparó, te ungió. Pecado grande es haber sido ungido y luego no usar lo que Dios te ha dado.

Y cuando el Señor entró por primera vez en la sinagoga, él les hizo abrir la escritura en el texto que hemos leído, y él les mostró esta “tarjeta de identificación”.

En el AT se usa para hablar de la unción del aceite, el aceite de la unción. Es el símbolo del Espíritu Santo, y todo lo que era ungido con aceite tenía un valor especial. El aceite era el aceite que mantenía encendido el candelero. Esta mañana, con una hermosa interrupción de la Palabra cantamos estos coros que nos hizo cantar Guido y después continuó y nos ayudó a cantar “enciende una luz”. Esta luz no es una luz de vela, es la luz del candelero, que necesita aceite. Es la misma que usaron las diez vírgenes, pero había cinco de ellas que descuidaron el tener el aceite suficiente. ¿Qué van a lograr?

En el AT no solo se usaba para esto, sino para ungir a reyes, y entonces venía sobre ellos la autoridad de Dios. También la ponían sobre los sacerdotes. Y cuando esta unción caía sobre ellos, tenían facilidad para la comunión con Dios. También caía la unción sobre los profetas, eran ungidos y lo que hacían era actualización de la palabra de Dios. Traían la palabra de Dios para los días actuales, anticipando el futuro. Y este aceite lo usaban también para ungir el tabernáculo, todos los elementos del tabernáculo fueron ungidos con aceite. Esto significa que el aceite ungía lo que no se podía tocar para otra cosa. Todo lo que el aceite tocaba no se podía tocar para otra cosa; tocaba un cucharón del altar… luego no se podía usar para otra cosa. El aceite caía sobre los vasos del altar, y entonces no se podían usar para uso personal.

Quiero decirte y avisarte que si hoy recibes otra vez esta unción sobre ti, la unción te separa, es una especie de sinónimo de santidad, pues santidad significa separado para Dios. Todo lo que Dios unge no lo podés usar para usos personales después; así era la unción en el AT. Tampoco para fines comunes, todo lo que ese aceite tocaba se usaba solo para Dios. Santidad y separación. Es por eso que en el NT dice “¿hay alguno enfermo entre vosotros?, únjanlo con aceite, llamen a los ancianos y únjanlo con aceite, y la oración de fe sanará al enfermo”. La unción separa la enfermedad del enfermo. Es para separar.

En el Sal 92:10 dice “Pero tú aumentarás mis fuerzas como las de un toro salvaje, seré ungido con aceite fresco” Leámoslo de abajo hacia arriba: “Seré ungido con aceite freso y tú aumentarás mis fuerzas como las de un toro salvaje”. No quisiera estar delante de un toro salvaje. No se de qué tipo de toro estará hablando allí, pero dice que cuando la unción viene, uno se convierte en un toro salvaje.

Pero todo lo que está ungido no puede ser usado para uso personal. En el Sal. 105:15 dice “No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas”. Dios protege especialmente a sus ungidos. ¡Cuidado con tocar a un ungido!

La unción es capacitación para servicio a Dios. Te capacita para la obra; no para otra cosa sino para el servicio a Él. A partir de la unción del ES comienzan a funcionar los dones del Espíritu, comenzando a partir del don de lenguas. El don de lenguas es la iniciación de los dones. ¿Por qué comienza con el don de lenguas y no con el de sanidad? Porque el don de lenguas es el único don para Dios. El que habla en lenguas no habla a los hombres, habla a Dios. Y comienza dándole las gracias a Dios, donde los cielos se abren y quedan abiertos y uno comienza a manejar los dones.

Las lenguas son como para dejar el espacio celestial abierto. Algunos hablan en lenguas pero no hablan habitualmente. Pero a partir de esta noche, que sea mitad en castellano y mitad en lenguas, para que la fe sea algo simple, no complicado y el manejo de los dones no sea para alguno del que se diga “éste tiene ministerio”. ¡Todos tenemos el ministerio de los dones del Espíritu Santo!

Getsemaní significa “prensa de aceitunas para hacer aceite”. Siempre había estado relacionado con la fabricación del aceite, y –en otro sentido- con la unción de Jesús que estará sobre nosotros. En Getsemaní se definía nuestra salvación, y lo hizo bajo la unción del Espíritu Santo, y aún el nombre del lugar significaba eso: “prensa de aceite”. El monte donde estaba el Getsemaní se llamaba Monte de los Olivos.

Quiero decirte una cosa: todas las cosas del mundo están ungidas por Dios, o por el diablo. Satanás me unge, pues es espíritu, espíritu diabólico, es el príncipe de este mundo; casi todas las cosas en este mundo están ungidas por Satanás, La unción del Espíritu Santo hace la separación entre lo ungido para Satanás de lo ungido para Dios. Me asombra ver la unción que hay en los recitales de rock, si hasta parece una reunión cristiana, y los que tocan están bajo una unción.

De paso digamos que Satanás conoce bastante de esto porque él es músico. Los músicos tienen que ser personas ungidas por Dios, para que no se mezclen las cosas de Dios con las de Satanás. Satanás tiene incorporados tamboriles, flautas y cuerdas, pero si hay alguien que conoce de música es él. Y la música produce más efecto en las mentes más que la televisión. Pocas veces he visto gente que quedó endemoniada viendo televisión, pero sí escuchando música. Tienes que aprender a seleccionar música cristiana, porque hay música que se parece tanto a la del mundo, pero funciona bien en el ámbito cristiano, de lo cual consumimos mucho.

Hace poco escuché algo que me entristeció mucho. Puedo contar esto pues el hermano lo contó desde el frente. Él no podía estar presente en las reuniones, y tenía la capacidad de dibujar rostros diabólicos cuando escuchaba música rock. Y eran dibujos artísticos, pero maléficos. Y hubo manifestación del Espíritu, y hubo que echar fuera los demonios, y cuando le preguntamos ¿cuándo comenzó esto? nos dijo “en la iglesia, compré un CD”. Y nos dijo el nombre del conjunto, yo no se los voy a decir. Mordieron la carnada, pero dice que “la unción que vosotros recibisteis les enseña todas las cosas”, les enseña a discernir, a separar, porque hoy vienen muchas cosas mezcladas. Me asombré de una revista que ha salido últimamente, que levanta a alguien como un gran cristiano, pero él está divorciado y casado de nuevo.

Cuando la unción falta se confunden los valores. Apareció también otro cantante por televisión, dando sus testimonio, pero separado no se cuantas veces y juntado otras tantas. Pero cuando está la unción uno sabe separar. “La unción que vosotros recibisteis les enseña todas las cosas”.

Satanás unge y tiene sus ungidos, no solo en el plano de la música, sino en el espectáculo, porque es muy hábil en esto, y las personas consumen indiscriminadamente estos espectáculos, por falta de la unción, pero hoy la vamos a recibir.

Todo lo que Satanás unge se llama “el mundo”. “Mundo” no es lo que está afuera de este ámbito; “mundo” es todo lo que Satanás ungió y yo retengo. Ser mundano es retener algunas cosas sin la unción de Dios. Uno puede estar aquí y ser un mundano, porque hay cosas que no están separadas para Dios, entonces continúan bajo la unción de Satanás. Y no hay algo peor que un cristiano tibio, ni Dios lo quiere. Que yo sepa no hay ninguna enfermedad que enferme a Dios, pero hay una: la tibieza, pues lo hace vomitar. “A los tibios los vomitaré de mi boca”. Y ¿qué es la tibieza? Que alguien ungido por Dios hoy esté buscando las cosas del mundo.

Hay algunos que necesitan ser llenos del Espíritu Santo por primera vez, el bautismo del ES. Esta es la oportunidad. Y antes debiéramos arrepentirnos de nuestros pecados, para que Él no tenga que tirar agua limpia sobre agua sucia. Jesús estuvo hablando durante los tres años de ministerio de este día de Pentecostés. Juan decía “yo los bautizo con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”. Los hombres podemos bautizar con agua, pero solo Jesús bautiza con Espíritu Santo.

Algunos observan que luego de una experiencia así, se vuelve a la realidad anterior. Pero si abrimos nuestro corazón de tal manera que Jesús mismo nos pueda bautizar, cuando volvamos a casa, a nuestra realidad cotidiana, podremos estar firmes y nuestras fuerzas se aumentarán como las de un toro salvaje.

Otros hemos recibido el bautismo del Espíritu Santo, pero vemos en el libro de los Hechos que se trata de una experiencia continua, todos los días, y hay un mandamiento de ser llenos del Espíritu Santo todos los días. Lo vamos a pedir, aunque no deberíamos pedirlo pues es un don, un regalo y un regalo simplemente se recibe, pero en este caso tan especial, Dios tiene que saber que lo queremos. “Si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuanto más el Padre dará el espíritu a quienes se lo pidan”.

Las cosas espirituales se reciben pidiendo y luego dando gracias, y entonces quedan.

En algunos será como fuego, y en otros casos como ríos. Pero que sea sin impedimento.

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