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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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lunes, 21 de enero de 2008

Meditación para el quinto día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Publicamos el comentario a los textos bíblicos escogidos para el quinto día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 19 de enero.

El texto forma parte de los materiales distribuidos por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos.


DÍA QUINTO. Orad sin cesar con un corazón paciente

Tened paciencia con todos (1 Tes 5,14

Ex 17,1-4. ¿Por qué?

Sal 1. Dar fruto a su tiempo

1 Tes 5,(12a)13b-18. Tened paciencia con todos

Lc 18,9-14. Una humilde oración

Comentario

No podemos estar satisfechos con la división de los cristianos y en consecuencia no somos impacientes hasta que venga el día de nuestra reconciliació n. Somos legítimamente impacientes a que venga por fin el día de nuestra reconciliació n. Por ello, también debemos ser conscientes de que el ecumenismo no se vive por todas partes al mismo ritmo. Algunos avanzan a grandes pasos, otros son más prudentes. Como Pablo predica, debemos seguir siendo pacientes con todos.

Como el fariseo en su oración, podemos fácilmente presentarnos ante Dios con la arrogancia de los que hacen todo muy bien: "yo no soy como el resto de los hombres". Si a veces se intentan denunciar las lentitudes o las imprudencias de los miembros de nuestra Iglesia, o las de nuestros interlocutores ecuménicos, la invitación a la paciencia resuena como una advertencia importante.

En ocasiones, incluso, nos mostramos impacientes para con Dios. Como el pueblo en el desierto, a veces gritamos hacia Dios: ¿por qué toda esta marcha, dolorosa, si todo se debe acabar ahora? Tengamos confianza: Dios responde a nuestras oraciones, a su manera, a su debido tiempo. Él sabrá suscitar nuevas iniciativas para la reconciliació n de los cristianos, aquellas que en nuestro tiempo se necesitan.

Oración

Señor, haz de nosotros tus discípulos, que escuchemos tu Palabra día y noche. En nuestro camino hacia la unidad, danos saber esperar los frutos a su tiempo. Cuando los prejuicios y la desconfianza triunfan, concédenos la humilde paciencia necesaria para la reconciliació n. Así te lo pedimos.

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