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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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viernes, 5 de diciembre de 2008

La televisión ¿enemiga de la oración? / Autor: Diácono Jorge Novoa
El Diácono Jorge Novoa reflexiona sobre lo que implica ser hombre de oración u hombre de televisión.
Resulta difícil, que un creyente, luego de sentarse durante varias horas frente al televisor, se encuentre frente a Dios en la oración. A primera vista, parece ser que la oración no tiene marketing. No aparece en los spots publicitarios, no está integrada en las películas (salvo en las de terror, o en la bendición que hacen de la mesa, una familia de gánsters), ni tampoco los famosos de la "pantalla chica"(tal vez sería mejor llamarla chata, cosa que ocurrirá con los nuevos modelos flat, que han logrado hacer mayor justicia entre el continente y lo contenido) pueden hablar de oración, pues, han sufrido uno de los males que genera la cultura contemporánea: para ser parte de ella hay que renunciar a rezar. Uno de sus trascendentales es la practicidad, todo se puede desechar: los vasos, los pobres, los platos, los ancianos y los embriones humanos. Todo es reemplazable y desechable.

Este nuevo "dios", en un mundo que se pavonea de sus adelantos, va sobre una mesa con ruedas y dentro de una caja, para ponernos al tanto de lo último, de lo que está de moda y de lo que vendrá. No prestarle atención es un gravísimo mal, sería como quedarse al borde del camino, para expresarlo más exactamente, sería estar "desinformado" (es decir, sin forma). En su bondad, nos anticipa con un desfile lo que se llevará en la próxima estación, para que podamos estar atentos y no suframos un aislamiento, llevando "trapos" que ya nadie tiene. En su lista de novedades no figura la oración.
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