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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Página web de Escuchar la Voz del Señor

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martes, 26 de febrero de 2013

El rabino Setbon empezó a interesarse por la Cruz a los 7 años, «asustó» al primer cura con quien habló... y se convirtió al catolicismo treinta años después

La muerte de su esposa, el ejemplo del cardenal Lustiger y una estampa de la Sábana Santa jalonaron su proceso de conversión
26 de febrero de 2013.- (José María Ballester / Religión en Libertad / Camino Católico) El ser de un padre rabino ultraortodoxo y de ascendencia sefardita y de una madre de origen ashkenazi no fue óbice para que Jean-Maríe Elie Setbon sintiese atracción por la religión católica desde que tenía siete años. No fue un capricho momentáneo y la atracción fue arraigándose hasta que un domingo, cuando tenía quince años, decidió asistir a su primera misa en una iglesia del barrio parisino de Montmartre. Y con osadía: fue a comulgar.
Volvió a esa misa todos los domingos durante tres años y, a escondidas –temía la reacción de sus familiares-, compró un Nuevo Testamento y un crucifijo. Para entonces ya había cumplido los dieciocho años, una edad, pensó, lo suficientemente avanzada para dar el paso definitivo. Estimó que la forma más adecuada era contárselo a un cura en un confesionario. Leer más...

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