20 de marzo de 2013.- (Zenit / Camino Católico) “En 1982, en una audiencia privada con los fieles de San Benedetto del Tronto me besó Juan Pablo II, he recibido un nuevo beso, en la frente, el del papa Francisco. Y estoy de verdad feliz y todavía emocionado”.Lo cuenta Cesare Cicconi, el hombre de 50 años, afectado de esclerosis lateral amiotrófica (SLA), que ayer impulsó al Pontífice a bajar del jeep blanco con el que estaba recorriendo la plaza de San Pedro para bendecirlo y besarlo.
La cara de felicidad de Cesare era patente para todos quienes contemplaban la escena de este Papa samaritano que sintió la necesidad de bajar de su “cabalgadura”, ante un herido por una minusvalía física especialmente incapacitante, encontrado en el camino.
“Soy católico practicante–explica Cesare a los medios de comunicación--. Y soy desde siempre socio de la Unitalsi [Unión Italiana de Transporte de Enfermos a Lourdes y Santuarios Internacionales] porque mis padres formaban parte de la asociación”. Leer más...
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*COMENTARIO:* Padre, ¿no hay palabras de más consuelo para esa pregunta de
la tristeza?
*RESPUESTA MÍA:* La respuesta es que Dios es la alegría y la f...
Hace 2 meses
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