“El Espíritu Santo, me ilumina la conciencia y me hace caer en cuenta las consecuencias del pecado… En la medida que me fui dando cuenta del pecado que había dentro de mí -borracheras, mujeriego, la droga en un momento de mi vida, como afecté a mi mamá a mi papá, las prácticas de adivinación y brujería en que había incurrido-… ahí empieza el Señor a liberar. Incluso hubo una experiencia material (de ello). Después de la primera confesión de vida que hice, estuve tres días con un daño de estómago tenaz; y a los tres días de ese daño de estómago día y noche -como si el Señor hubiera estado limpiando hasta mi genética, la sangre- empecé a expulsar heces de un color verde fluorescente. Estuve quince días expulsándolo. Estoy hablando de algo extraordinario”
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*COMENTARIO:* Padre, ¿no hay palabras de más consuelo para esa pregunta de
la tristeza?
*RESPUESTA MÍA:* La respuesta es que Dios es la alegría y la f...
Hace 2 meses