20 de agosto de 2011.- Si hubo un momento emotivo en el encuentro de Benedicto XVI con las religiosas y miembros del mundo académico en el monasterio de El Escorial fue la caricia que regaló a Pablo, un joven voluntario de la JMJ que padece cáncer. El rostro de este joven de 16 años se mantuvo serio durante el acto, pero su mirada desprendía una seguridad especial, extraña para su edad. Pablo tenía un sueño, siempre había deseado poder entregar al Papa una pregunta, que hasta hoy sólo él conocía: «Santo Padre, ¿por qué Dios, si es bueno y omnipotente, permite enfermedades como la mía en personas inocentes?» | |
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Comentarios de mi blog en Youtube
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*COMENTARIO:* Padre, ¿no hay palabras de más consuelo para esa pregunta de
la tristeza?
*RESPUESTA MÍA:* La respuesta es que Dios es la alegría y la f...
Hace 3 meses