1 de septiembre de 2024.- (Camino Católico) Homilía de Mons. José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena, y lecturas de hoy, XXII Domingo de Tiempo Ordinario emitida por 13 TV desde la Catedral de Murcia.
domingo, 1 de septiembre de 2024
Santa Misa de hoy, XXII Domingo de Tiempo Ordinario, en la Catedral de Murcia, 1-9-2024
1 de septiembre de 2024.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, XXII Domingo de Tiempo Ordinario, presidida por Mons. José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena, emitida por 13 TV desde la Catedral de Murcia.
Palabra de Vida 1/9/2024: «Dejáis a un lado el mandamiento de Dios» / Por P. Jesús Higueras
Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 1 de septiembre de 2024, domingo de la 22ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.
Evangelio: San Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23:
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).
Y los fariseos y los escribas le preguntaron:
«¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con las manos impuras?».
Él les contestó:
«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
«Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.»
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.
Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».
Homilía del Evangelio del Domingo: Jesús enseña «la ecología del corazón» / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
* «Tomemos alguna de las cosas ‘contaminantes’ enumeradas por Jesús, la calumnia con el vicio a ella emparentado de decir maldades a costa del prójimo. ¿Queremos hacer de verdad una labor de saneamiento del corazón? Emprendamos una lucha sin cuartel contra nuestra costumbre de descender a los chismes, de hacer críticas, de participar en murmuraciones contra personas ausentes, de lanzar juicios a la ligera. Esto es un veneno dificilísimo de neutralizar, una vez difundido»
Lo que contamina al hombre: Domingo XXII del tiempo ordinario – B:
Deuteronomio 4, 1-2.6-8 / Salmo 14 / Santiago 1, 17-18.21b-22.27 / Marcos 7, 1-8.14-15.21-23
Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap. / Camino Católico.- «Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. [...] Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre».
En el pasaje del Evangelizo de este domingo Jesús corta de raíz la tendencia a dar más importancia a los gestos y a los ritos exteriores que a las disposiciones del corazón, el deseo de aparentar que se es -más que de serlo- bueno. En resumen, la hipocresía y el formalismo.
Pero podemos sacar hoy de esta página del Evangelio una enseñanza de orden no sólo individual, sino también social y colectivo. La distorsión que Jesús denunciaba de dar más importancia a la limpieza exterior que a la pureza del corazón se reproduce hoy a escala mundial. Hay muchísima preocupación por la contaminación exterior y física de la atmósfera, del agua, por el agujero en el ozono; en cambio silencio casi absoluto sobre la contaminación interior y moral. Nos indignamos al ver imágenes de pájaros marinos que salen de aguas contaminadas por manchas de petróleo, cubiertos de alquitrán e incapaces de volar, pero no hacemos lo mismo por nuestros niños, precozmente viciados y apagados a causa del manto de malicia que ya se extiende sobre cada aspecto de la vida.
Que quede bien claro: no se trata de oponer entre sí los dos tipos de contaminación. La lucha contra la contaminación física y el cuidado de la higiene es una señal de progreso y de civilización al que no se puede renunciar a ningún precio. Jesús no dijo, en aquella ocasión, que no había que lavarse las manos o los jarros y todo lo demás; dijo que esto, por sí solo, no basta; no va a la raíz del mal.
Jesús lanza entonces el programa de una ecología del corazón. Tomemos alguna de las cosas «contaminantes» enumeradas por Jesús, la calumnia con el vicio a ella emparentado de decir maldades a costa del prójimo. ¿Queremos hacer de verdad una labor de saneamiento del corazón? Emprendamos una lucha sin cuartel contra nuestra costumbre de descender a los chismes, de hacer críticas, de participar en murmuraciones contra personas ausentes, de lanzar juicios a la ligera. Esto es un veneno dificilísimo de neutralizar, una vez difundido.
Una vez una mujer fue a confesarse con San Felipe Neri acusándose de haber hablado mal de algunas personas. El santo la absolvió, pero le puso una extraña penitencia. Le dijo que fuera a casa, tomara una gallina y volviera adonde él desplumándola poco a poco a lo largo del camino. Cuando estuvo de nuevo ante él, le dijo: «Ahora vuelve a casa y recoge una por una las plumas que has dejado caer cuando venías hacia aquí». «¡Imposible! -exclamó la mujer- Entretanto el viento las ha dispersado en todas direcciones». Es ahí donde quería llegar San Felipe. «Ya ves –le dijo- como es imposible recoger las plumas una vez que se las ha llevado el viento; igualmente es imposible retirar las murmuraciones y calumnias una vez que han salido de la boca».
Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
Evangelio
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén, y vieron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas. Es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan:
«¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?».
Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres».
Llamó otra vez a la gente y les dijo:
«Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre».
Marcos 7, 1-8.14-15.21-23
Homilía del Evangelio del Domingo: Acoger íntegra e incondicionalmente la Palabra de Dios que nos creó y que está inscrita en nuestras entrañas / Por P. José María Prats
* «Hoy, como sociedad, nos hemos alejado de Dios, hemos abandonando su culto y sus mandamientos en ámbitos esenciales como el de la sexualidad, el respeto a la vida o el ejercicio honesto de la gestión pública y la actividad profesional, y de nuestros corazones así corrompidos salen las maldades que nos hacen impuros: «fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad». Pero también, como los escribas y fariseos, seguimos intentando encubrir esta impureza esencial con una apariencia de santidad. La exaltación de algunos valores como la tolerancia o la solidaridad a los que se pretende reducir la bondad y el amor es uno de esos mecanismos de defensa con los que aspiramos a “redimir” nuestra conciencia y nuestra imagen social»
Domingo XXII del tiempo ordinario – B:
Deuteronomio 4, 1-2.6-8 / Salmo 14 / Santiago 1, 17-18.21b-22.27 / Marcos 7, 1-8.14-15.21-23
P. José María Prats / Camino Católico.- Las lecturas de hoy nos ofrecen una reflexión sobre la palabra de Dios como fuente de vida cuando es acogida y obedecida fielmente y sobre los artificios con que a menudo la rechazamos.
Dios creó el mundo con su Palabra, la cual fue inscrita en la entraña de cada cosa y constituye su verdad y su sentido: cuando obramos en sintonía con ella, obramos según la verdad y el sentido de las cosas y estamos promoviendo la paz y la armonía de la creación. Por ello, en la lectura del Deuteronomio, Dios dice a su pueblo que esta palabra es «su sabiduría y su inteligencia», y la que le permitirá «entrar y tomar posesión de la tierra» que le va a dar y vivir feliz en ella.
Siendo, pues, el fundamento del bienestar y de la paz, la palabra de Dios debe ser obedecida fielmente y conservada en su integridad: «no añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada».
Cuando, seducidos por el Maligno, rechazamos esta palabra, dejamos de vivir en la verdad, sembrando a nuestro alrededor injusticia y discordia. Esto es lo que les ha ocurrido a los escribas y fariseos que aparecen en el evangelio de hoy: «han dejado a un lado el mandamiento de Dios», y de su corazón corrompido «salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad» que los hacen impuros.
Pero es interesante notar que «el mandamiento de Dios» que han abandonado, lo han substituido por una doctrina que son «preceptos humanos». Cuando una persona o una sociedad rechaza la palabra de Dios, contradice su propia esencia, y en su interior surge un conflicto, consciente o inconsciente, que intenta superar o encubrir con mecanismos de defensa. Los escribas y fariseos, por ejemplo, enmascaraban su impureza interior con una pureza meramente externa consistente en lavar meticulosamente sus manos, «vasos, jarras y ollas», y encubrían su desobediencia a la palabra de Dios con el cumplimiento escrupuloso de preceptos de menor importancia: «¡ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!» (Lc 11,42).
Hoy, como sociedad, nos hemos alejado de Dios, hemos abandonando su culto y sus mandamientos en ámbitos esenciales como el de la sexualidad, el respeto a la vida o el ejercicio honesto de la gestión pública y la actividad profesional, y de nuestros corazones así corrompidos salen las maldades que nos hacen impuros: «fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad». Pero también, como los escribas y fariseos, seguimos intentando encubrir esta impureza esencial con una apariencia de santidad. La exaltación de algunos valores como la tolerancia o la solidaridad a los que se pretende reducir la bondad y el amor es uno de esos mecanismos de defensa con los que aspiramos a “redimir” nuestra conciencia y nuestra imagen social.
El Señor nos invita hoy a acoger íntegra e incondicionalmente la Palabra que nos creó y que está inscrita en nuestras entrañas. Sólo ella puede devolvernos la paz, el bienestar y la pureza verdadera.
P. José María Prats
Evangelio
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén, y vieron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas. Es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan:
«¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?».
Él les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres’. Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres».
Llamó otra vez a la gente y les dijo:
«Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre».
Marcos 7, 1-8.14-15.21-23
Brenda Lorena García, actriz de escenas peligrosas, es católica en Hollywood: «Dios me curó de muchas heridas, me dio nueva vida y ahora la vivo para Cristo»
Foto: Cortesía de Lorena Brenda García
* «Yo nomás soy un instrumento, y ésa es mi misión: ayudar a que el mundo venga a reconocer a Dios… Yo oro por todos. Pero rezo especialmente cuando estoy en el set, en el trabajo. No solo pido para que Dios los proteja, sino por su conversión. Trato de ya no hablar tanto, si el Espíritu Santo no me llama a hablar. Más bien prefiero vivir el amor, pues es lo que atrae al mundo»
Camino Católico.- Brenda Lorena García, hija de padres salvadoreños, nació y creció en Los Ángeles, California. Estudió periodismo, y luego una maestría en psicología y consejería. Hoy es actriz de doblaje y lleva la fe católica a los sets de Hollywood. Brenda reconoce que en Hollywood "hay mucho pecado, muchos masones y satánicos que hacen cosas malas y crueles para recibir más poder y dinero, y para manipular a ciertas personas a fin de influir en la cultura de maneras horribles. Por eso el Señor me ha puesto en donde estoy, como a los demás actores católicos, pues si no hay soldados de Dios en esos lugares, ¿quién va a pelear para Él? Él nos escogió para esta batalla" reflexiona en Aleteia entrevistada por Jesús V. Picón.
Trabajó un tiempo en un noticiario de Telemundo, y de ahí pasó al cine, participando como doble de riesgo; es decir, haciendo las escenas de acción. Estuvo en Rápidos y Furiosos 10, Avatar 2, Transformers 5, Ant-Man y la Avispa, El escuadrón suicida de DC Comics, y muchas otras películas. La más reciente es Aarón y el crayón morado, en la que hace todo el doblaje de acción para un personaje infantil llamado Mel, así como una escena en helicóptero sustituyendo a otro niño. Ha sido doble de acción de numerosos infantes y adolescentes, "porque soy de poca estatura". Por ejemplo, dobló por dos años a Jenna Ortega, actriz del film La Familia Adams.
Profesión sin fama y orar por todos
Para poder realizar sus riesgosas escenas en cinematografía, Brenda debe ejercitarse a diario: "Corro, hago boxeo, muay-thai, jiu-jitsu brasileño y crossfit. Me mantengo saludable, como bien y tomo vitaminas".
Sin embargo, los aplausos no se los lleva Brenda, sino los actores que ella dobla, pero no le afecta: "Yo no quiero ser famosa. Sin embargo, mucha gente sí conoce quién soy, sobre todo en el mundo católico. Yo oro por todos. Pero rezo especialmente cuando estoy en el set, en el trabajo. No solo pido para que Dios los proteja, sino por su conversión. Trato de ya no hablar tanto, si el Espíritu Santo no me llama a hablar. Más bien prefiero vivir el amor, pues es lo que atrae al mundo".
Brenda busca que miren a Jesús o a María en reflejados en ella. "Yo nomás soy un instrumento, y ésa es mi misión: ayudar a que el mundo venga a reconocer a Dios". Y añade: "La Gracia mueva montañas, y ahora mucha gente en Hollywood se está haciendo católica, se están bautizando. Estrellas como Shia LaBeouf, Mark Wahlberg o Rusell Brand se están haciendo católicos; ellos ya conocen lo que es tener mucho dinero y mucha fama, y ya vieron que eso no es la respuesta de la felicidad, sino Dios".
Prueba purificadora
Brenda siempre ha sido católica: "He amado a Dios desde los tres años. Pero en el pasado, no lo conocía como lo conozco ahora (...) Tuve que pasar por mucho sufrimiento para vivir una re-conversión. Romanos 8, 28 fue realidad en mi vida, porque todo me sirvió para bien. Dios me curó de muchas heridas, y me dio nueva vida, y ahora la vivo para Cristo".
Por ejemplo, cuenta el momento en el que Dios la rescató de una depresión profunda enviándole diversas gracias.
"Estuve a punto de casarme con un muchacho con el que anduve por 7 años. Teníamos casa y todo juntos; yo ya tenía mi vestido de boda, pero en ese tiempo él tuvo un bebé con otra mujer".
El engaño la llevó a depresión por casi dos años, y perdió peso radicalmente: "Ya no quería vivir". Pero Dios la rescató enviándole diversas Gracias: ayuda en la línea telefónica de prevención del suicidio, amigos que le dieron un lugar dónde quedarse para no estar sola, entre muchas otras cosas.
"En esos dos años el Señor me fue cambiando; me abrió los ojos para ver el pecado, pero también lo bueno que cada uno posee; me purificó. Ahora voy a Misa todos los días en la mañana, y rezo la Coronilla de la Divina Misericordia a las tres de la tarde, porque yo quiero vivir para Dios".
sábado, 31 de agosto de 2024
Homilía del P. José Aurelio Martín y lecturas de la Misa de hoy, sábado de la 21ª semana de Tiempo Ordinario, 31-8-2024
Santa Misa de hoy, sábado de la 21ª semana de Tiempo Ordinario, 31-8-2024
31 de agosto de 2024.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, sábado de la 21ª semana de Tiempo Ordinario, presidida por el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.
Palabra de Vida 31/8/2024: «Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu Señor» / Por P. Jesús Higueras
Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 31 de agosto de 2024, sábado de la 21ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.
Evangelio: San Mateo 25, 14-30:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.
En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
«Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.»
Su señor le dijo:
“¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor».
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
«Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos».
Su señor le dijo:
«¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor».
Se acercó el que había recibido un talento y dijo:
«Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.»
El señor le respondió:
«Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes».