Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

domingo, 6 de octubre de 2024

Papa Francisco en el Ángelus, 6-10-2024: «Para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida, al don de los hijos, que son el fruto más hermoso del amor, la bendición más grande de Dios»

* «Mañana será un día de oración y ayuno por la paz en el mundo. Unámonos con la fuerza del Bien contra las tramas diabólicas de la guerra… Hago un llamamiento a la comunidad internacional, para que ponga fin a la espiral de venganza y no se vuelvan a repetir los ataques, como el que ha perpetrado Irán hace algunos días, que pueden sumir a la región en una guerra aún mayor. Todas las naciones tienen el derecho de existir en paz y seguridad y sus territorios no deben ser atacados o invadidos, la soberanía debe ser respetada y estar garantizada por el diálogo y por la paz, no por el odio o por la guerra. En esta situación, es más que nunca necesaria la oración»

    

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Y ahora, me complace anunciar que el próximo 8 de diciembre celebraré un consistorio para el nombramiento de nuevos Cardenales. Su procedencia expresa la universalidad de la Iglesia que continúa anunciando el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la tierra. La inclusión de los nuevos Cardenales en la Diócesis de Roma manifiesta, además, el vínculo indisoluble entre la Sede de Pedro y las Iglesias particulares esparcidas por el mundo» 

6 de octubre de 2024.- (Camino Católico)Para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida, al don de los hijos, que son el fruto más hermoso del amor, la bendición más grande de Dios” ha dicho el Papa Francisco antes de rezar el Ángelus dominical.  El amor conyugal fue el centro de la reflexión del Papa Francisco antes de la oración mariana del Ángelus este domingo 6 de octubre, XXVII del Tiempo Ordinario, refiriéndose al Evangelio del día según san Marcos 10, 2-16.

Después de la oración mariana del Ángelus, el Pontífice ha leido la lista de los neo purpurados que creará en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Cinco de ellos proceden de Latinoamérica. Además, el Papa Francisco ha vuelto a invocar la paz y ha indicado las posibles vías para poner fin a la barbarie que se vive en Oriente Medio desde hace más de un año. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

PAPA FRANCISCO

ÁNGELUS


Plaza de San Pedro


Domingo, 6 de octubre de 2024


Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!


Hoy en el Evangelio de la liturgia (cf. Mc 10,2-16) Jesús nos habla del amor conyugal. Como otras veces, algunos fariseos le hacen una pregunta provocadora sobre un tema controvertido: el repudio de la mujer por parte del marido. Quisieran arrastrarlo en una polémica, pero Él no lo permite, es más, aprovecha la ocasión para llamar su atención sobre un discurso más importante: el valor del amor entre hombre y mujer.


En la época de Jesús la condición de la mujer en el matrimonio estaba en gran desventaja respecto a la del hombre: el marido podía echar, repudiar a la mujer, incluso por motivos banales y esto se justificaba con interpretaciones legalistas de las Escrituras. Por eso, el Señor reconduce a sus interlocutores a las exigencias del amor. Les recuerda que el Creador quiso que mujer y hombre fueran iguales en la dignidad y complementarios en la diversidad, para poder ser el uno para el otro una ayuda, compañía, pero al mismo tiempo un estímulo y un desafío para crecer (cf. Gen 2,20-23).


Y para que eso suceda, subraya la necesidad de que su entrega recíproca sea plena, que involucre, que sea sin “medias tintas” – esto es el amor – que sea el inicio de una vida nueva (cf. Mc 10,7; Gen 2,24), destinada a durar no “hasta que no funcione”, sino para siempre, acogiéndose de manera recíproca y viviendo unidos como “una sola carne” (cf. Mc 10,8; Gen 2,24). Por supuesto, esto no es fácil, requiere fidelidad, también en las dificultades, requiere respeto, sinceridad, sencillez (cf. Mc 10,15). Requiere estar abiertos a la confrontación, a veces a la discusión, cuando sea necesario, pero siempre dispuestos para el perdón y para la reconciliación. Y recomiendo: marido y mujer, discutid todo lo que queráis, con la condición de que se hagan las paces antes de que acabe el día. ¿Sabéis por qué? Porque la guerra fría del día siguiente es peligrosa. “Y dígame, Padre, ¿cómo se hacen las paces?” – “Basta una caricia, así”, pero nunca acabéis el día sin hacer las paces.


No olvidemos, pues, que para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida, al don de los hijos, que son el fruto más hermoso del amor, la bendición más grande de Dios, fuente de alegría y de esperanza para cada hogar y para toda la sociedad. ¡Tened hijos! Ayer tuve un gran consuelo. Era el día de la Gendarmería y vino un gendarme con sus ocho hijos. Era hermosísimo verlo. Por favor, estad abiertos a la vida, a lo que Dios os mande. No olvidemos que para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida.


Queridas hermanas, queridos hermanos, el amor es exigente, sí, pero es hermoso y cuanto más nos dejamos implicar más descubrimos en él la verdadera felicidad. Y ahora que cada uno se pregunte en su corazón: ¿Cómo es mi amor? ¿Es fiel? ¿Es generoso? ¿Es creativo? ¿Cómo son nuestras familias? ¿Están abiertas a la vida, al don de los hijos?


Que la Virgen María ayude a los esposos cristianos. Nos dirigimos a Ella en unión espiritual con los fieles reunidos en el Santuario de Pompeya para la tradicional Súplica a Nuestra Señora del Santo Rosario.



Oración del Ángelus:                         


Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas:


Mañana habrá pasado un año del ataque terrorista contra la población en Israel, a la que renuevo mi cercanía. No olvidemos que todavía hay muchos rehenes en Gaza, para los que pido la inmediata liberación. Desde aquel día, Oriente medio se ha sumido en un sufrimiento cada vez más grave, con acciones militares destructivas que continúan golpeando a la población palestina. Esta población está sufriendo muchísimo en Gaza y en los demás territorios. Se trata, en la mayor parte, de civiles inocentes, que deben recibir toda la ayuda humanitaria que necesiten. Pido un alto el fuego inmediato en todos los frentes, incluido el Líbano. Recemos por los libaneses, especialmente por los habitantes del sur, obligados a dejar sus pueblos.


Hago un llamamiento a la comunidad internacional, para que ponga fin a la espiral de venganza y no se vuelvan a repetir los ataques, como el que ha perpetrado Irán hace algunos días, que pueden sumir a la región en una guerra aún mayor. Todas las naciones tienen el derecho de existir en paz y seguridad y sus territorios no deben ser atacados o invadidos, la soberanía debe ser respetada y estar garantizada por el diálogo y por la paz, no por el odio o por la guerra.


En esta situación, es más que nunca necesaria la oración. Hoy por la tarde todos iremos a la Basílica de Santa María la Mayor a invocar la intercesión de la Madre de Dios; y mañana será un día de oración y ayuno por la paz en el mundo. Unámonos con la fuerza del Bien contra las tramas diabólicas de la guerra.


Estoy cerca de las poblaciones de Bosnia y Herzegovina afectadas por las inundaciones. Que el Señor acoja a los difuntos, consuele a los familiares y sostenga a aquellas comunidades.


Os saludo a vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de tantos países. En particular, saludo a la banda musical de Cabañas (El Salvador) – después los escucharemos tocar –, a los fieles polacos devotos del Santuario de Nuestra Señora de la Misericordia en la diócesis de Radom, y a aquellos llegados desde la Martinica. Saludo al grupo de peregrinos del Santuario de la Virgen de la Revelación en las Tres Fuentes, que hoy llevarán la estatua de Nuestra Señora de San pedro a este santuario mariano de Roma, rezando por la paz. Saludo a los exalumnos del Seminario Menor “Poggio Galeso” de Taranto; saludo a la Asociación Teatro Patologico de Roma, a la banda de la Escuela “Sagrada Familia” de Cremona y a los participantes de la manifestación “Fiabaday”, que trabajan por la eliminación de las barreras arquitectónicas.



Y ahora, me complace anunciar que el próximo 8 de diciembre celebraré un consistorio para el nombramiento de nuevos Cardenales. Su procedencia expresa la universalidad de la Iglesia que continúa anunciando el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la tierra. La inclusión de los nuevos Cardenales en la Diócesis de Roma manifiesta, además, el vínculo indisoluble entre la Sede de Pedro y las Iglesias particulares esparcidas por el mundo. He aquí los nombres de los nuevos Cardenales:


- Su Excelencia Mons. Angelo Acerbi, Nuncio Apostólico;


- Su Excelencia Mons. Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, Arzobispo de Lima, Perù;


- Su Excelencia Mons. Vicente Bokalic Iglic, Arzobispo de Santiago del Estero, Primado de Argentina;


- Su Excelencia Mons. Cabrera Gerardo Cabrera Herrera, Arzobispo de Guayaquil, Ecuador;


- Su Excelencia Mons. Natalio Chomalí Garib, Arzobispo de Santiago de Chile;


- Su Excelencia Mons. Tarcisio Isao Kikuchi, Arzobispo de Tokio, Japón;


- Su Excelencia Mons. Pablo Virgilio Siongco David, Obispo de Kalookan, Filipinas;


- Su Excelencia Mons. Ladislav Nemet, Arzobispo de Beograd -Smederevo, Serbia;


- Su Excelencia Mons. Jaime Spengler, Arzobispo de Porto Alegre;


- Su Excelencia Mons. Ignace Bessi Dogbo, Arzobispo de Abidjan, Costa de Marfil;


- Su Excelencia Mons. Jean-Paul Vesco, Arzobispo de Argel, Argelia;


- Su Excelencia Mons. Paskalis Bruno Syukur, Obispo de Bogor, Indonesia;


- Su Excelencia Mons. Joseph Mathieu, Arzobispo de Teherán Isfahan, Irán;


- Su Excelencia Mons. Roberto Repole, Arzobispo de Turín; 


- Su Excelencia Mons. Baldassare Reina, desde hoy, Vicario General para la Diócesis de Roma;


- Su Excelencia Mons. Francis Leo, Arzobispo de Toronto, Canadá;


- Su Excelencia Mons. Rolandas Makrickas, Arcipreste Coadjutor de la Basílica Papal de Santa María la Mayor;


- Su Excelencia Mons. Mykola Bychok, Eparca de los Santos Pedro y Pablo de Melbourne de los Ucranianos;


- Reverendo Padre Timothy Peter Joseph Radcliffe, teólogo;


- Reverendo Padre Fabio Baggio, Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral;


- Mons. George Jacob Koovakad, Oficial de la Secretaría de Estado, responsable de los Viajes papales.


Recemos por los nuevos Cardenales, para que, confirmando su adhesión a Cristo, Sumo Sacerdote misericordioso y fiel, me ayuden en el ministerio de Obispo de Roma por el bien de todo el santo pueblo de Dios.


Y a todos vosotros os deseo un feliz domingo. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!


Francisco


Fotos: Vatican Media, 6-10-2024

Papa Francisco en oración en Rosario por la paz, 6-10-2024: «¡Reina de la paz! Convierte los corazones de quienes alimentan el odio, silencia el ruido de las armas e inspira proyectos de paz»

* «Ahora te suplicamos, ¡escucha nuestro clamor! Necesitamos tu mirada amorosa que nos invita a confiar en tu Hijo Jesús. Tú que estás dispuesta a acoger nuestros dolores, ven a socorrernos en este tiempo en que estamos oprimidos por las injusticias y devastados por las guerras; enjuga las lágrimas sobre los rostros sufridos de cuantos lloran la muerte de sus seres queridos, de sus propios hijos; despiértanos del letargo que ha oscurecido nuestro camino y despoja nuestros corazones de las armas de la violencia, para que se cumpla pronto la profecía de Isaías: ‘Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra’»

    

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News en español, con laoración del Papa 

* «Madre, dirige tu mirada maternal a la familia humana, que ha perdido el gozo de la paz y ha extraviado el sentido de la fraternidad. Madre, intercede por nuestro mundo en peligro, para que custodie la vida y rechace la guerra; para que cuide a los que sufren, a los pobres, a los indefensos, a los enfermos y a los afligidos, y proteja nuestra casa común» 

6 de octubre de 2024.- (Camino Católico) A los pies de la Santísima Virgen María, en la víspera de la jornada de oración y ayuno por la paz en el mundo, desde la Basílica de Santa María la Mayor, un sitio muy querido para él, Francisco ha elevado una fervorosa súplica a Nuestra Señora este domingo 6 de octubre. A Ella, que conoce los dolores y las fatigas "que en esta hora abruman nuestro corazón", como expresó en su plegaria, le pidió: "¡Escucha nuestro clamor!". Tras rezar el santo rosario junto a los miembros del Sínodo, a quienes invitó especialmente a esta iniciativa, el Sucesor de Pedro ha exclamado:

“Madre, la misericordia de Dios, ¡tú que eres la Reina de la paz! Convierte los corazones de quienes alimentan el odio, silencia el ruido de las armas que provocan la muerte, apaga la violencia que habita en el interior del hombre e inspira proyectos de paz en las decisiones de quienes gobiernan las naciones”. En el vídeo de Vatican News se escucha y visualiza toda la oración del Papa, cuyo texto íntegro es el siguiente:

Rezo del Santo Rosario para invocar la paz

ORACIÓN DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Basílica de Santa María la Mayor

Domingo, 6 de octubre de 2024

Oh María, Madre nuestra, estamos de nuevo aquí ante ti. Tú conoces los dolores y las fatigas que en esta hora abruman nuestro corazón. Nosotros elevamos la mirada hacia ti, nos sumergimos en tus ojos y nos encomendamos a tu corazón.

También a ti, oh Madre, la vida te reservó difíciles pruebas y humanos temores, pero fuiste valiente y audaz; confiaste todo a Dios, le respondiste con amor, te ofreciste incondicionalmente. Como intrépida Mujer de la caridad, fuiste rápidamente a ayudar a Isabel; con prontitud percibiste la necesidad de los esposos durante las bodas de Caná; con fortaleza interior en el Calvario iluminaste de esperanza pascual la noche del dolor. Por último, con ternura de Madre animaste a los discípulos temerosos en el Cenáculo y, con ellos, acogiste el don del Espíritu.

Ahora te suplicamos, ¡escucha nuestro clamor! Necesitamos tu mirada amorosa que nos invita a confiar en tu Hijo Jesús. Tú que estás dispuesta a acoger nuestros dolores, ven a socorrernos en este tiempo en que estamos oprimidos por las injusticias y devastados por las guerras; enjuga las lágrimas sobre los rostros sufridos de cuantos lloran la muerte de sus seres queridos, de sus propios hijos; despiértanos del letargo que ha oscurecido nuestro camino y despoja nuestros corazones de las armas de la violencia, para que se cumpla pronto la profecía de Isaías: «Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra» (Is 2,4).

Madre, dirige tu mirada maternal a la familia humana, que ha perdido el gozo de la paz y ha extraviado el sentido de la fraternidad. Madre, intercede por nuestro mundo en peligro, para que custodie la vida y rechace la guerra; para que cuide a los que sufren, a los pobres, a los indefensos, a los enfermos y a los afligidos, y proteja nuestra casa común.

Te suplicamos, Madre, la misericordia de Dios, ¡tú que eres la Reina de la paz! Convierte los corazones de quienes alimentan el odio, silencia el ruido de las armas que provocan la muerte, apaga la violencia que habita en el interior del hombre e inspira proyectos de paz en las decisiones de quienes gobiernan las naciones. 

Madre, Reina del santo Rosario, desata los nudos del egoísmo y disipa las nubes oscuras del mal. A nosotros tus hijos llénanos con tu ternura, levántanos con tu mano bondadosa y danos tu caricia de Madre, que nos hace esperar el advenimiento de una nueva humanidad donde «el desierto será un vergel y el vergel parecerá un bosque. En el desierto habitará el derecho y la justicia morará en el vergel. La obra de la justicia será la paz» (Is 32,15-17).

Oh Madre, Salus Populi Romani, ¡ruega por nosotros!

Francisco

Fotos: Vatican Media, 6-10-2024

Rezo del Santo Rosario por la paz, presidido por el Papa Francisco, 6-10-2024


Foto: Vatican Media, 6-10-2024

6 de octubre de 2024.- (Camino Católico) Este domingo, en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, el Papa Francisco se ha unido a los miembros del Sínodo de los Obispos y a los fieles de todo el mundo para rezar el rosario en súplica del don de la paz en el mundo por intercesión de la Virgen. «¡Acoge nuestro grito!», ha rezado el el Santo Padre, pidiendo también una “mirada materna sobre la familia humana”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha todo el rezo del Santo Rosario.

Homilía del Evangelio del Domingo: El matrimonio es un sacramento porque nos une a Cristo a través del amor al otro, un verdadero camino de santificación / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

* «Esta visión positiva es la que mostró tan felizmente el Papa Benedicto XVI en su encíclica Deus caritas est, sobre amor y caridad. El Papa no contrapone en ella la unión indisoluble en el matrimonio a otra forma de amor erótico; pero la presenta como la forma más madura y perfecta desde el punto de vista no sólo cristiano, sino también humano: ‘El desarrollo del amor hacia sus más altas cotas y su más íntima pureza -dice- conlleva el que ahora aspire a lo definitivo, y esto en un doble sentido: en cuanto implica exclusividad -sólo esta persona-, y en el sentido del para siempre. El amor engloba la existencia entera y en todas sus dimensiones, incluido también el tiempo. No podría ser de otra manera, puesto que su promesa apunta a lo definitivo: el amor tiende a la eternidad’»

 Serán los dos una sola carne: Domingo XXVII del tiempo ordinario – B:


Génesis 2,18-24  /  Salmo 127  /  Hebreos 2, 9-11 /  Marcos 10, 2-16


Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap. / Camino Católico.-  El tema de este XXVII Domingo es el matrimonio. La primera lectura comienza con las bien conocidas palabras: "Dijo el Señor Dios: No es bueno que el hombre esté sólo. Voy a hacerle una ayuda adecuada". En nuestros días el mal del matrimonio es la separación y el divorcio, mientras que en tiempos de Jesús lo era el repudio. En cierto sentido, éste era un mal peor, porque implicaba también una injusticia respecto a la mujer que aún persiste, lamentablemente, en ciertas culturas. El hombre, de hecho, tenía el derecho de repudiar a la propia esposa, pero la mujer no tenía el derecho de repudiar a su propio marido. 

Dos opiniones se contraponían, respecto al repudio, en el judaísmo. Según una de ellas, era lícito repudiar a la propia mujer por cualquier motivo, al arbitrio, por lo tanto, del marido; según la otra, en cambio se necesitaba un motivo grave, contemplado por la Ley. Un día sometieron esta cuestión a Jesús, esperando que adoptara una postura a favor de una u otra tesis. Pero recibieron una respuesta que no se esperaban: "Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón [Moisés] escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Dios los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre".

La ley de Moisés acerca del repudio es vista por Cristo como una disposición no querida, sino tolerada por Dios (como la poligamia u otros desórdenes) a causa de la dureza de corazón y de la inmadurez humana. Jesús no critica a Moisés por la concesión hecha; reconoce que en esta materia el legislador humano no puede dejar de tener en cuenta la realidad de hecho. Pero repropone a todos el ideal originario de la unión indisoluble entre el hombre y la mujer ("una sola carne") que, al menos para sus discípulos, deberá ser ya la única forma posible de matrimonio. 

Sin embargo Jesús no se limita a reafirmar la ley; le añade la gracia. Esto quiere decir que los esposos cristianos no tienen sólo el deber de mantenerse fieles hasta la muerte; tienen también las ayudas necesarias para hacerlo. De la muerte redentora de Cristo viene una fuerza -el Espíritu Santo- que empapa todo aspecto de la vida del creyente, incluido el matrimonio. Éste incluso es elevado a la dignidad de sacramento y de imagen viva de su unión esponsalicia con la Iglesia en la cruz (Ef 5, 31-32).

Decir que el matrimonio es un sacramento no significa sólo (como a menudo se cree) que en él está permitida y es lícita y buena la unión de los sexos, que fuera de aquél sería desorden y pecado; significa -más todavía- decir que el matrimonio se convierte en un modo de unirse a Cristo a través del amor al otro, un verdadero camino de santificación. 

Esta visión positiva es la que mostró tan felizmente el Papa Benedicto XVI en su encíclica Deus caritas est, sobre amor y caridad. El Papa no contrapone en ella la unión indisoluble en el matrimonio a otra forma de amor erótico; pero la presenta como la forma más madura y perfecta desde el punto de vista no sólo cristiano, sino también humano: "El desarrollo del amor hacia sus más altas cotas y su más íntima pureza -dice- conlleva el que ahora aspire a lo definitivo, y esto en un doble sentido: en cuanto implica exclusividad -sólo esta persona-, y en el sentido del 'para siempre'. El amor engloba la existencia entera y en todas sus dimensiones, incluido también el tiempo. No podría ser de otra manera, puesto que su promesa apunta a lo definitivo: el amor tiende a la eternidad" [n. 6].

Este ideal de fidelidad conyugal nunca ha sido fácil (¡adulterio es una palabra que resuena siniestramente hasta en la Biblia!); pero hoy la cultura permisiva y hedonista en la que vivimos lo ha hecho inmensamente más difícil. La alarmante crisis que atraviesa la institución del matrimonio en nuestra sociedad está a la vista de todos. Legislaciones civiles, como la del gobierno español, que permiten (¡e indirectamente, de tal forma, alientan!) iniciar los trámites de divorcio apenas pocos meses después de la vida en común. Palabras como: "Estoy harto de esta vida", "Me marcho", "Si es así, ¡cada uno por su lado!", ya se pronuncian entre cónyuges a la primera dificultad. (Dicho sea de paso: creo que un cónyuge cristiano debería acusarse en confesión del simple hecho de haber pronunciado una de estas palabras, porque el solo hecho de decirla es una ofensa a la unidad y constituye un peligroso precedente psicológico.) 

El matrimonio sufre en ello la mentalidad común del "usar y tirar". Si un aparato o una herramienta sufre algún daño o una pequeña abolladura no se piensa en repararlo (han desaparecido ya quienes tenían estos oficios), se piensa sólo en sustituirlo. Aplicada al matrimonio, esta mentalidad resulta mortífera. 

¿Qué se puede hacer para contener esta tendencia, causa de tanto mal para la sociedad y de tanta tristeza para los hijos? Tengo una sugerencia: ¡redescubrir el arte del remiendo! Sustituir la mentalidad del "usar y tirar" por la del "usar y remendar". Casi nadie hace ya remiendos. Pero si no se hacen ya en la ropa, hay que practicar este arte del remiendo en el matrimonio. Remendar los desgarrones. Y remendarlos enseguida. 

San Pablo daba óptimos consejos al respecto: "Si os airáis, no pequéis; no se ponga el sol mientras estéis airados, ni deis ocasión al Diablo", "Soportaos unos a otros y perdonaos mutuamente si alguno tiene queja contra otro", "Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas" (Ef 4, 26-27; Col 3, 13; Ga 6, 2).

Lo importante que hay que entender es que en este proceso de desgarrones y recosidos, de crisis y superaciones, el matrimonio no se gasta, sino que se afina y mejora. Percibo una analogía entre el proceso que lleva hacia un matrimonio exitoso y el que lleva a la santidad. En su camino hacia la perfección, los santos atraviesan a menudo la llamada "noche oscura de los sentidos" en la que ya no experimentan ningún sentimiento, ningún impulso; tienen aridez, están vacíos, hacen todo a fuerza de voluntad y con fatiga. Después de ésta, llega la "noche oscura del espíritu", en la que no entra en crisis sólo el sentimiento, sino también la inteligencia y la voluntad. Se llega a dudar de que se esté en el camino adecuado, si es que acaso no ha sido todo un error; oscuridad completa, tentaciones sin fin. Se sigue adelante sólo por fe. 

¿Entonces todo se acaba? ¡Al contrario! Todo esto no era sino purificación. Después de que han pasado por estas crisis, los santos se dan cuenta de cuánto más profundo y más desinteresado es ahora su amor por Dios, respecto al de los comienzos. 

A muchas parejas no les costará reconocer en ello su propia experiencia. También han atravesado frecuentemente, en su matrimonio, la noche de los sentidos en la que falta todo arrebato y éxtasis de aquellos, y si alguna vez lo hubo, es sólo un recuerdo del pasado. Algunos conocen también la noche oscura del espíritu, el estado en que entra en crisis hasta la opción de fondo y parece que no se tiene ya nada en común. 

Si con buena voluntad y la ayuda de alguien se logran superar estas crisis, se percibe hasta qué punto el impulso y el entusiasmo de los primeros días era poca cosa, respecto al amor estable y la comunión madurados en los años. Si primero el esposo y la esposa se amaban por la satisfacción que ello les procuraba, hoy tal vez se aman un poco más con un amor de ternura, libre de egoísmo y capaz de compasión; se aman por las cosas que han pasado y sufrido juntos.

Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

Evangelio

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: 

«¿Puede el marido repudiar a la mujer?». 

Él les respondió: 

«¿Qué os prescribió Moisés?». 

Ellos le dijeron: 

«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». 

Jesús les dijo: 

«Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre». 

Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: 

«Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: 

«Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él». 

Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos. 

Marcos 10, 2-16

Homilía de Mons. Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca, y lecturas de la Misa de hoy, XXVII domingo de Tiempo Ordinario, 6-10-2024

6 de octubre de 2024.-  (Camino Católico)  Homilía de Mons. Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca, y lecturas de la Santa Misa de hoy, XXVII domingo de Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV desde la Catedral de Mallorca.

Santa Misa de hoy, XXVII domingo de Tiempo Ordinario, en la Catedral de Mallorca, 6-10-2024

6 de octubre de 2024.-  (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, XXVII domingo de Tiempo Ordinario, presidida por Mons. Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca, emitida por 13 TV desde la Catedral de Mallorca. 

Palabra de Vida 6/10/2024: «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 6 de octubre de 2024, domingo de la 27ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Marcos 10, 2-16:

En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:

«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?»

Él les replicó:

«¿Qué os ha mandado Moisés?».

Contestaron:

«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».

Jesús les dijo:

«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo:

«Si uno se repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.

Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:

«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».

Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.