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sábado, 1 de noviembre de 2025

Álvaro Ferraro, 30 años, es empresario, ha tenido varias novias pero ha optado por ser sacerdote: «Conlleva una renuncia a todo, pero yo confío en Dios; mi único sueño y anhelo es ser santo»


Álvaro Ferraro, el empresario que quiere ser santo / Foto: Cedida

* «Santo hay que serlo en el día a día. Lo veremos el día de la muerte cuando lleguemos al cielo, no vale solamente en el último día. Si me doy cuenta de que Dios no me ha llamado para esto, no pasa absolutamente nada, pero obviamente en 10 años me veo como sacerdote» 

Camino Católico.- "Mi único sueño y anhelo es ser santo", dice Álvaro Ferraro, sevillano de 30 años que deja sus empresas para ser cura, a Mario Piris en El Español.

Siempre vivió en Sevilla hasta que se tuvo que ir a Madrid, como muchos otros estudiantes. Allí estudió la carrera de Administración de Empresas. Ha viajado mucho por motivos de estudio y de trabajo y conoce hasta nueve países como Irlanda, Francia, Singapur, Australia, Países Bajos…

El sevillano tiene una amplia trayectoria en el mundo empresarial, ya que a sus 30 años ha creado cuatro compañías. Una de ellas es Ladran Gaucho, que se dedica a la venta de collares, correas y accesorios artesanales para perros. También fue fundador de una startup que se encargaba de conectar marcas con influencers.

Pero ahora, con 30 años, ha decidido dar un giro drástico a su vida: quiere ser cura "y santo". "No se toma la decisión de un día para otro, es algo muy meditado, rezado... Es ese proceso que se llama discernimiento. A mí cuando me hablaba alguien del sentido de la llamada, ni me lo creía. Pero es algo que cuando llega te das cuenta y que es muy intenso y que si crees y confías en Dios haces por escuchar", explica Ferraro.

El empresario sevillano Álvaro Ferraro que ha optado por el sacerdocio / Foto: Cedida

Reflexiona respecto al camino vital que ha tomado que “obviamente no es sencillo. Es una decisión muy complicada que conlleva una renuncia a todo, pero yo confío en Dios. Por supuesto, es una decisión difícil y arriesgada sobre la renuncia. Pero yo creo que te sostiene pese a las debilidades de cuando tomas este tipo de decisiones. ¿Puede ser tentador el demonio? Muchas veces está más cerca de ti y ataca de la manera más precisa e insistente, pero yo creo que Dios te sostiene y realmente lo noto, porque si estás cerca de Dios y solamente te apoyas en él, confías y rezas, sientes ese apoyo”.

La llamada de Dios

Álvaro recuerda claramente el momento en el que sintió la llamada de Dios, una experiencia que marcó un antes y un después en su experiencia vital. Todo ocurrió en Lourdes, durante una peregrinación con la Hospitalidad de Madrid. Allí, le pidieron que ayudara como monaguillo en una misa internacional, con la participación de alrededor de seis mil personas, donde había muchísimos sacerdotes.

En medio de aquella celebración, y sin esperarlo, comenzó a experimentar una conexión profunda entre los acontecimientos recientes de su vida y lo que escuchaba en las lecturas del día.

"Empecé a conectar cosas que me habían ido pasando durante meses y que no entendía", relata. El momento coincidió con la proclamación del Evangelio del Joven Rico, un pasaje que cobraría un significado revelador para él.

Se trata de un evangelio de llamada, en el que un joven que era muy rico, le pregunta a Jesús qué debe hacer para llegar al cielo. A lo que Jesús responde "véndelo todo y sígueme y él se va triste porque era muy rico" y dice "todo aquel que deje a su familia yo le daré otra familia, todo aquel que deje a sus amigos yo le daré otros amigos…" Era un evangelio que le venía persiguiendo desde hace un tiempo.

Además, explica ese proceso: "Por alguna razón, cuando comencé el evangelio era ese, el joven rico, entonces comencé a acatarlo con mi director espiritual, con el que llevaba un año y medio, e igual que yo, él veía que Dios me estaba hablando y él se pudo dar cuenta durante los dos meses anteriores, pero no me lo podía decir. Comenzamos a trabajar, yo por aquel entonces tenía novia, decidí comentárselo a mi novia y decirle que quería comenzar este proceso de discernimiento, que no podía darle la espalda a Dios".

Álvaro se vio representado en el Evangelio del Joven Rico, un pasaje que cobraría un significado revelador para él / Foto: Cedida

Sobre la figura del director espiritual, explica que "es más un acompañante que un guía autoritario". Prefiere llamarlo "acompañamiento", porque, según explica, su función se asemeja a la de un psicólogo, aunque sin tratar cuestiones de esa índole. Es alguien con quien se comparte la vida, la relación con Dios y las inquietudes personales.

Ferraro sostiene que todo cristiano debería contar con uno, ya que se trata de una persona muy formada, que puede ser sacerdote o religioso, y con la que se trabajan distintos temas que generan preguntas o reflexiones, siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo y la guía de la palabra de Dios.

Antes de dar el paso se reunió con quienes han marcado su vida sentimental

Álvaro ha querido compartir cómo ha vivido uno de los momentos más importantes y cómo lo han recibido algunas de las personas que marcaron su vida sentimental. Antes de dar el paso definitivo, decidió reunirse con mujeres que han sido significativas en el pasado. Entre ellas, su primera novia, con quien tuvo una relación de dos años y medio.

Ferraro incluso asistió a su boda recientemente y, después del viaje de los recién casados, se encontraron para conversar. Según cuenta, ese reencuentro estuvo marcado por la alegría y el cariño mutuo.

Álvaro Ferraro haciendo el camino de Santiago

También se reunió con otra expareja con la que compartió seis años y un proyecto de futuro que finalmente no se concretó. La cita, que se prolongó durante cuatro horas de desayuno, dejó claro para Ferraro que ella estaba especialmente feliz al ver que su nueva etapa tiene un sentido espiritual muy profundo, ya que "eso venía de Dios".

El seminario es un noviazgo de siete años

La decisión de Álvaro será difícil de comprender para muchas personas que se preguntarán cómo repercute esta decisión en el ámbito empresarial. Sobre si dejará de lado al completo esa faceta, Ferraro explica lo siguiente: "Pues iremos viendo durante los próximos años, ahora mismo me toca un periodo de desprenderme de todo lo que tengo".

A lo que añade "que un seminario conlleva disciplina y obediencia, pero que para la formación es muy importante olvidarte de todo lo que tenías. Yo por mis circunstancias personales no puedo solicitar una excedencia. No, porque al final este camino no es definitivo. Pero como yo digo en el seminario, esto es un noviazgo. Tengo la suerte de que voy a tener un noviazgo de al menos siete años".

"Me servirá para conocer la iglesia de cerca, para ver si me gusta o no me gusta y durante este noviazgo tendré que ver si quiero dar el paso de ordenarme como sacerdote. Yo me he mantenido como socio de algunas de mis empresas, otras las he vendido, pero ya no trabajo en ellas, ya veremos que pasa a futuro si las acabo vendiendo, cediendo o lo que Dios quiera", explica Ferraro.

Para Álvaro Ferraro, cada etapa vivida ha dejado una huella significativa en su forma de entender las relaciones y, ahora, su vínculo con Dios. El empresario y creyente reflexiona sobre cómo todas sus experiencias sentimentales han contribuido a modelar su carácter y su manera de relacionarse.

Convencido de que todo en la vida tiene un propósito, Ferraro afirma que la biografía de cada persona se compone de las vivencias acumuladas, una especie de equipaje que se va llenando con cada paso. "Todo aporta en la vida y al final la biografía de una persona es la experiencia, la mochila que uno tiene, la maleta de equipaje", explica. Para él, tanto los buenos como los malos momentos ofrecen enseñanzas valiosas.

En su visión, aprender a querer, a respetar y a entender al otro sirven como lecciones que trascienden los tipos de relación. "Al final esto va de amor y en una relación entre dos personas siempre hay amor", asegura. Con esta reflexión, Ferraro subraya que incluso su nueva etapa espiritual parte de esa misma búsqueda de amor y entrega, ahora dirigida hacia Dios.

Renuncia entrega y camino santo

Para Álvaro, lo más complicado no es abandonar hábitos o comodidades, sino renunciar, como en el Evangelio del Joven Rico, a todo aquello que le hacía sentir "rico" en su vida anterior: amistades, familia, momentos de ocio y un entorno social que disfrutaba plenamente. "No se trata de martirizarse", explica sino de dejar atrás una vida feliz para asumir la nueva que Dios le pide.

Ferraro confiesa que decirle "no" a Dios era muy difícil para él, y que la fuerza para seguir adelante le llegó a través de figuras clave de su fe. Se encomendó a San José, por ser el padre terrenal de Jesús y modelo de entrega silenciosa, a la Virgen, y a su abuela, a la que considera una santa sin ninguna duda.

Su único anhelo es alcanzar la santidad, dejando todo lo demás "en manos de la voluntad de Dios". Por otro lado, recuerda una oración que su madre le regaló en su primera comunión y que representa su entrega absoluta: "Padre me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras…". Para Ferraro, esa oración es la fuente de la fuerza y el refugio en su camino.

Al ser preguntado por su futuro de aquí a diez años, Álvaro explica lo siguiente: "Santo hay que serlo en el día a día. Lo veremos el día de la muerte cuando lleguemos al cielo, no vale solamente en el último día. Si me doy cuenta de que Dios no me ha llamado para esto, no pasa absolutamente nada, pero obviamente en 10 años me veo como sacerdote".

Juwa Bosco, milagrado de Sor María Troncatti, asiste a su canonización: «Dije a Dios: ‘Te ofrezco mi cuerpo y mis manos’. Recé por mis hijos y dije a la Beata: ‘No me lleves, porque quiero vivir hasta que mis hijos sean grandes’»


Juwà Bosco (de pie en el centro) con su familia en la Casa Generalicia de las Hijas de María Auxiliadora (HMA) en Roma / Foto: InfoANS.

* «En un sueño, la madre me dijo: ‘Soy Sor María Troncatti’. Tomó unos ungüentos, me dijo: ‘Tú sabes m’hijito, que he venido a curarte, sé que sufres, ofrece todo tu sacrificio a Dios y yo te curaré de todo lo que sufres’... Se sentó a mi lado y me dijo: ‘Poco a poco, irás mejorando’; me masajeó la boca, el cuello y me dijo: ‘Mañana hablarás y caminarás’; ya en ese momento me sentí bien, me sentí feliz» 

Camino Católico.- Juwa Bosco es el carpintero indígena ecuatoriano y protagonista del milagro que hace santa a la monja salesiana Sor María Troncatti, que entregó su vida evangelizando al pueblo shuar en Ecuador.

Bosco está ya en Roma, adonde llegó el 15 de octubre, para participar en la Misa de canonización del domingo 19 de octubre en la que el Papa León XIV ha elevado a los altares a la religiosa junto a Vicenta María Poloni, Bartolo Longo, Mons. Ignacio Maloyan, Pedro To Rot,  la hermana María del Monte Carmelo Rendiles Martínez  y el médico José Gregorio Hernández. Estos dos últimos serán los primeros santos de Venezuela.

Juwa Bosco llegó a Roma acompañado por su familia y un grupo de las Hijas de María Auxiliadora (HMA) de Ecuador, a la que perteneció Sor María Troncatti, y fue recibido en la Casa General de la congregación por la superiora general, la Madre Chiara Cazzuola, las consejeras generales y la comunidad local.

Con ellas, el indígena shuar —pueblo de la Amazonía en el sur de Ecuador y parte de Perú— oró ante la reliquia de la futura santa, según informa la agencia de noticias salesianas.

El milagro que permite la canonización de Sor María Troncatti

Juwa Juank Kankua Bosco nació en 1975 en Tuutin Entsa, una parroquia rural ubicada en el cantón Taisha, en provincia de Morona Santiago (Ecuador). Está casado con Natalina y tiene seis hijos.

Logo oficial de la canonización de Sor María Troncatti. Crédito: Hijas de María Auxiliadora (HMA)

Martha Riccioli, religiosa argentina HMA, relata en el boletín salesiano que la mañana del 2 de febrero de 2015, cuando afilaba la cuchilla de su máquina para lijar madera, el indígena fue golpeado violentamente en la parte frontal de la cabeza, haciéndolo perder masa cerebral y dejándolo inconsciente.

De inmediato fue auxiliado por su hijo Romel y dos compañeros, quienes lo llevaron a un puesto de salud local, desde donde fue transferido al Hospital de Macas. Allí lo vendaron y entubaron, para ser nuevamente trasladado, esta vez al Hospital de Ambato, donde fue diagnosticado con “traumatismo craneal encefálico abierto, con exposición de tejido cerebral”.

Con el pronóstico reservado y la gravedad de su estado, su cuñado Pedro colocó una estampa de Sor María Troncatti debajo de la camisa y le rezó así: “Madre Troncatti, tú que tanto amaste a los shuar, haz lo que puedas, no lo dejes morir, y si te lo llevas, hazlo rápido para que sus niños no sufran”.

Reliquia de Sor María Troncatti / Foto: Info ANS

“Me dirigí a la Beata María Troncatti como a una amiga: Hermana María Troncatti, te entrego a tu hijo. Sé que estarás con él en la operación, no lo dejes solo porque tiene muchos hijos que lo necesitan”, dijo por su parte Leticia Tsere, cuñada de Bosco, ante otra estampa de la religiosa, que le había obsequiado el misionero italiano Luigi Bolla, cuya causa de beatificación se abrió en Perú en 2021.

Juwa Bosco fue operado y, al final, el médico le dijo a Pedro que no había esperanzas pero, si lograba sobrevivir, no volvería nunca a la normalidad.

Bosco fue llevado a una casa en Macas y, frente a su cama, colocaron un cuadro grande de Sor María Troncatti, para que la familia rezara por él.

El protagonista del milagro reconoce que “sentía todo lo que decían a mi alrededor, pero no podía hablar, caminar, conmoverme. En mi corazón decía: ‘Me pongo en tus manos’. Yo no había sido bueno en la vida, pero en ese momento le dije a Dios: ‘Te ofrezco mi cuerpo y mis manos’. Recé por mis hijos y le dije a la Beata María Troncatti: ‘No me lleves, porque quiero vivir hasta que mis hijos sean grandes’”.

El sueño de Bosco con Sor María Troncatti

Entre finales de marzo e inicios de abril de 2015, Juwà soñó con una mujer vestida de blanco que decía ser Sor María Troncatti: “La madre me dijo: ‘Soy Sor María Troncatti’. Tomó unos ungüentos, me dijo: ‘Tú sabes m’hijito, que he venido a curarte, sé que sufres, ofrece todo tu sacrificio a Dios y yo te curaré de todo lo que sufres’. Me preguntó: ‘¿Dónde te duele?’, y me masajeaba donde yo le señalaba: mi cuello, mi pierna izquierda… diciendo: ‘Mañana caminarás’; y no me masajeó el hombro, dijo que mi esposa debería masajearlo… Sor María me preguntó: ‘¿Por qué no hablas?’. Le respondí que me dolía lo que me habían puesto en el cuello y ella me respondió: ‘No es por eso’; me dio una palmadita en la boca y me dijo: ‘Mañana hablarás’. Se sentó a mi lado y me dijo: ‘Poco a poco, irás mejorando’; me masajeó la boca, el cuello y me dijo: ‘Mañana hablarás y caminarás’; ya en ese momento me sentí bien, me sentí feliz”.

La recuperación fue instantánea: esa mañana, al despertar, Juwa inmediatamente sintió que estaba curado. Ya no le dolía la pierna. Pidió a su esposa, con señas, que lo ayudara a caminar, primero con muletas, muy pronto sin ellas. También empezó a hablar, a decir palabras, ese mismo día.

Cuatro días después, el 5 de abril de 2015, con la ayuda de su cuñado, fue a la Catedral de la Purísima en Macas. Volvió el 6 de julio de 2015, él solo, para participar en la Eucaristía.

Los médicos no encontraron razón para la recuperación, ya que además de unas pocas fisioterapias, no hubo ningún otro tipo de tratamiento que la explicara.

El médico que lo operó, cuando vio su recuperación, se mostró completamente desconcertado. "Tengo a un muerto resucitado frente a mí", dijo. Lo volvió a ver en 2017, estaba perfectamente curado. Caminaba, hablaba, movía bien el brazo y trabajaba.

"Lo hemos visto y podemos decir que de verdad Dios es grande y se toma cuidado de los pequeños que confían en Él", escribían doña Fanny Tones y sor Gladys Ruiz en su testimonio de 2017, publicado en 2018 en “Il Cielo risponde” (n. 42).

Un cambio radical de vida

La hermana de Juwa Bosco cuenta que “antes del accidente, él no era una persona correcta. Ahora está dedicado a su familia y a Dios”. Su esposa Natalina comparte por su parte que “al ver a mi esposo, la gente dice que lo que sucedió es un milagro de Dios”.

“Después de este incidente —concluyó— mi esposo cambió por completo: antes, le daba poca importancia a Dios y a la oración. Ahora él, es el primero en rezar y en hacerme rezar. Ese fue un cambio radical en su vida”.

El retrato oficial de la canonización de Sor María Troncatti que está colgado en la plaza de San Pedro del Vaticano

De enfermera en la Guerra Mundial a misionera en la selva

La canonización de María Troncatti ha llenado de alegría a los católicos de todo Ecuador, a la Familia Salesiana, al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, a la diócesis italiana de Brescia (donde nació la misionera) y al Vicariato Apostólico de Méndez (Ecuador), donde vivió las misiones.

Troncatti entró en las Hijas de María Auxiliadora en 1908 y durante la Primera Guerra Mundial trabajó como enfermera de la Cruz Roja en hospitales militares. Sobrevivió a unas inundaciones en las que pensó que podía morir y prometió irse a misiones: llegó a Ecuador con unos 40 años, ya en 1922.

Como misionera enfermera fundó dispensarios y hospitales en la selva, entrenó a más enfermeras y parteras y defendió la dignidad de las mujeres fundando familias cristianas, en una cultura indígena donde la mujer era vista como una propiedad. También educó en la cultura cristiana de la paz y el perdón a los shuar, que tradicionalmente eran violentos y muy vengativos.

Murió en accidente aéreo en 1969, en un bimotor que despegaba de Sucúa hacia Cuenca (Ecuador). Hubo un fallo en el motor y el piloto intentó un aterrizaje forzoso, pero la avioneta se partió en dos. Sólo murió la misionera, pero hubo otros cinco heridos. Tenía 86 años al morir, y llevaba 45 en el Amazonas.

Pierluigi Cameroni, postulador general de su causa, señala que "la canonización de María Troncatti es un signo de esperanza por su fuerte testimonio de transmisión de vida y fe a las nuevas generaciones y a los pueblos indígenas de la selva amazónica, que se convirtió en su patria del corazón. Fue una mujer de reconciliación y de paz con el don de una maternidad que tocaba los corazones".

Misterios Gozosos del Santo Rosario en la Parroquia Asunción de Nuestra Señora, Torrelodones, 1-11-2025

1 de noviembre de 2025.- (Camino Católico) Misterios Gozosos del Santo Rosario correspondientes a hoy, sábado, en la parroquia Asunción de Nuestra Señora, Torrelodones, emitido por 13 TV.

Oremos por Nicole, de 44 años, madre de familia con tres hijas pequeñas, que padece un cáncer agresivo desde hace 5 años. Le van a aplicar un tratamiento experimental como último recurso para intentar erradicar la enfermedad

 


viernes, 31 de octubre de 2025

Papa León XIV a los educadores, 31-10-2025: «Dice San Agustín: ‘A los que no enseña interiormente el Espíritu Santo, regresan con la misma ignorancia’»

* «Como quizá sepan, mi “lema” es In Illo uno unum. También esta es una expresión agustiniana (cf. Ennaratio in Psalmum 127, 3), que recuerda que sólo en Cristo encontramos verdaderamente la unidad, como miembros unidos a la Cabeza y como compañeros de camino en el proceso de continuo aprendizaje de la vida»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News del discurso del Papa León XIV

* «Es muy iluminador un dístico agustiniano que afirma: ‘El amor a Dios es primero en el orden de lo preceptuado; el amor al prójimo, en cambio, es primero en el orden de la acción’ (In Evangelium Ioannis Tractatus 17, 8). En el ámbito formativo, entonces, cada uno podría preguntarse cuál es su compromiso para captar las necesidades más urgentes, qué esfuerzo realiza para construir puentes de diálogo y de paz, incluso dentro de las comunidades docentes; cuál es su capacidad de superar prejuicios o visiones limitadas; cuál su apertura en los procesos de co-aprendizaje; y qué empeño pone en responder a las necesidades de los más frágiles, pobres y excluidos»

31 de octubre de 2025.- (Camino Católico).- En ocasión del Jubileo del Mundo Educativo, el Papa León XIV se ha reunido esta mañana con más de 20.000 educadores de todo el mundo a quienes ha destacado cuatro pilares fundamentales para la educación cristiana:la interioridad, la unidad, el amor y la alegría y les recordó que “dice San Agustín: ‘A los que no enseña interiormente el Espíritu Santo, regresan con la misma ignorancia’”.

Inspirándose en san Agustín, el Papa ha recordado que el verdadero Maestro “está dentro de cada persona”. La educación —afirma— no se reduce a técnicas o estructuras, sino que es un camino interior de encuentro entre maestros y alumnos. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha el discurso del Santo Padre, cuyo texto completo es el siguiente:


ENCUENTRO CON LOS EDUCADORES CON MOTIVO DEL JUBILEO DEL MUNDO EDUCATIVO

DISCURSO DEL SANTO PADRE LEÓN XIV

Plaza San Pedro
Viernes, 31 de octubre de 2025

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

La paz esté con ustedes.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!

Estoy muy contento de poder encontrarme con ustedes, educadores provenientes de todo el mundo y comprometidos en todos los niveles, desde la escuela primaria hasta la universidad.

Como sabemos, la Iglesia es Madre y Maestra (cf. S. Juan XXIII, Carta enc. Mater et magistra, 15 mayo 1961, 1), y ustedes contribuyen a encarnar su rostro para tantos alumnos y estudiantes a cuya educación se dedican. Gracias a la luminosa constelación de carismas, metodologías, pedagogías y experiencias que representan, y gracias a su compromiso “polifónico” en la Iglesia, en las diócesis, en congregaciones, institutos religiosos, asociaciones y movimientos, ustedes garantizan a millones de jóvenes una formación adecuada, manteniendo siempre en el centro, en la transmisión del saber humanístico y científico, el bien de la persona.

Yo también fui docente en instituciones educativas de la Orden de San Agustín y por eso quisiera compartir con ustedes mi experiencia, retomando cuatro aspectos de la doctrina del Doctor Gratiae que considero fundamentales para la educación cristiana: la interioridad, la unidad, el amor y la alegría. Son principios que quisiera que se conviertan en los pilares de un camino a recorrer juntos, haciendo de este encuentro el inicio de un proceso común de crecimiento y enriquecimiento mutuo.

Respecto a la interioridad, san Agustín dice que «el sonido de nuestras palabras golpea los oídos de ustedes, pero el verdadero Maestro está dentro» (In Epistolam Ioannis ad Parthos Tractatus 3,13), y añade: «A los que no enseña interiormente el Espíritu Santo, regresan con la misma ignorancia» (ibíd.). Nos recuerda así que es un error pensar que para enseñar son suficientes palabras bonitas o aulas escolares en buen estado, laboratorios o bibliotecas. Estos son sólo medios y espacios físicos, ciertamente útiles, pero el Maestro está dentro. La verdad no circula a través de sonidos, muros y pasillos, sino en el encuentro profundo entre las personas, sin el cual cualquier propuesta educativa está destinada al fracaso.

Vivimos en un mundo dominado por pantallas y filtros tecnológicos, a menudo superficiales, en el que los estudiantes, para entrar en contacto con su propia interioridad, necesitan ayuda. Y no sólo ellos. También los educadores, con frecuencia cansados y sobrecargados de tareas burocráticas, corren el riesgo real de olvidar lo que san John Henry Newman sintetizaba con la expresión cor ad cor loquitur —“el corazón habla al corazón—, y que san Agustín recomendaba diciendo: «No quieras derramarte fuera; entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad» (De vera religione, 39, 72). Son expresiones que invitan a considerar la formación como un camino en el que maestros y discípulos caminan juntos (cf. S. Juan Pablo II, Const. ap. Ex corde Ecclesiae, 15 agosto 1990, 1), conscientes de no buscar en vano, pero, al mismo tiempo, sabiendo que deben seguir buscando incluso después de haber encontrado. Sólo este esfuerzo humilde y compartido —que en los contextos escolares se configura como proyecto educativo— puede acercar a alumnos y docentes a la verdad.

Y llegamos así a la segunda palabra: unidad. Como quizá sepan, mi “lema” es In Illo uno unum. También esta es una expresión agustiniana (cf. Ennaratio in Psalmum 127, 3), que recuerda que sólo en Cristo encontramos verdaderamente la unidad, como miembros unidos a la Cabeza y como compañeros de camino en el proceso de continuo aprendizaje de la vida.

Esta dimensión del “con”, constantemente presente en los escritos de san Agustín, es fundamental en los contextos educativos, como desafío para “salir de sí mismo” y como estímulo para crecer. Por esta razón, he decidido retomar y actualizar el proyecto del Pacto Educativo Global, que fue una de las intuiciones proféticas de mi venerado predecesor, el Papa Francisco. Además, como enseña el Maestro de Hipona, nuestro ser no nos pertenece: «Tu alma —dice— no es tuya propia, sino de todos tus hermanos» (Ep. 243, 4, 6). Y si esto es verdad en sentido general, lo es con mayor razón en la reciprocidad propia de los procesos educativos, en donde el compartir el saber no puede tomar otra forma que la de un gran acto de amor.

Precisamente, la tercera palabra es amor. Resulta muy iluminador, al respecto, un dístico agustiniano que afirma: «El amor a Dios es primero en el orden de lo preceptuado; el amor al prójimo, en cambio, es primero en el orden de la acción» (In Evangelium Ioannis Tractatus 17, 8). En el ámbito formativo, entonces, cada uno podría preguntarse cuál es su compromiso para captar las necesidades más urgentes, qué esfuerzo realiza para construir puentes de diálogo y de paz, incluso dentro de las comunidades docentes; cuál es su capacidad de superar prejuicios o visiones limitadas; cuál su apertura en los procesos de co-aprendizaje; y qué empeño pone en responder a las necesidades de los más frágiles, pobres y excluidos. Compartir el conocimiento no basta para enseñar, se necesita amor. Sólo así el conocimiento será provechoso para quien lo recibe, en sí mismo y, sobre todo, por la caridad que comunica. La enseñanza nunca puede separarse del amor, y una de las dificultades actuales de nuestras sociedades es no saber valorar suficientemente la gran contribución que los maestros y educadores brindan a la comunidad en este sentido. Pero tengamos cuidado, dañar el papel social y cultural de los formadores es hipotecar el propio futuro y una crisis en la transmisión del saber conlleva una crisis de esperanza.

Y llegamos así a la última palabra clave: alegría. Los verdaderos maestros educan con una sonrisa, y su apuesta es lograr despertar sonrisas en el fondo del alma de sus discípulos. Hoy, en nuestros contextos educativos, preocupa ver crecer los síntomas de una fragilidad interior generalizada, en todas las edades. No podemos cerrar los ojos ante estos reclamos silenciosos de auxilio; al contrario, debemos esforzarnos por identificar sus causas profundas. La inteligencia artificial, en particular, con su conocimiento técnico, frío y estandarizado, puede aislar aún más a estudiantes ya aislados, dándoles la ilusión de no necesitar a los demás o, peor aún, la sensación de no ser dignos de ellos. El papel de los educadores, en cambio, es un compromiso humano, y la alegría misma del proceso educativo es plenamente humana, una llama que «funde las almas y de muchas hace una sola» (S. Agustín, Confesiones, IV, 8,13).

Por eso, queridos amigos, quiero invitarlos a hacer de estos valores —interioridad, unidad, amor y alegría— los “puntos cardinales” de la misión de ustedes para con sus alumnos, recordando las palabras de Jesús: «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (Mt 25,40). Hermanos y hermanas, ¡les agradezco el valioso trabajo que realizan! Los bendigo de corazón y rezo por ustedes.

Papa León XIV







Fotos: Vatican Media, 31-10-2025