8 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. David Cueto y lecturas de la Misa de hoy, lunes de la 2ª semana de Adviento, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, emitida por 13 TV desde la Basílica del Santuario de Covadonga.
lunes, 8 de diciembre de 2025
Santa Misa de hoy, lunes, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, en la Basílica del Santuario de Covadonga, 8-12-2025
8 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, lunes de la 2ª semana de Adviento, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, presidida por el P. David Cueto, emitida por 13 TV desde la Basílica del Santuario de Covadonga.
Misterios Gozosos del Santo Rosario, desde el Santuario de Lourdes, 8-12-2025
8 de diciembre de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gozosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, lunes, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.
Palabra de Vida 8/12/2025: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» / Por P. Jesús Higueras
Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 8 de diciembre de 2025, lunes de la 2ª semana de Adviento, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.
Evangelio: San Lucas 1, 26-38:
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Homilía del evangelio: La Inmaculada Concepción de María es abogada de gracia y ejemplo de santidad / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
* «La liturgia habla de María Inmaculada como de un ‘modelo de santidad’. La imagen es justa, a condición de que superemos las analogías humanas. La Virgen no es como las modelos humanas que posan, inmóviles, para dejarse pintar por el artista. Ella es un modelo que obra con nosotros y dentro de nosotros, que nos lleva la mano al representar las líneas del modelo por excelencia, suyo y nuestro, que es Jesucristo, para hacernos ‘conformes a su imagen’ (Rm 8, 29). Es de hecho ‘abogada de gracia’ antes aún que modelo de santidad. La devoción a María, cuando es iluminada y eclesial, en verdad no desvía a los creyentes del único Mediador, sino que les lleva hacia Él. Quien ha tenido la experiencia auténtica de la presencia de María en la propia vida sabe que ésta se determina por entero en una experiencia de Evangelio y en un conocimiento más profundo de Cristo. Ella está idealmente ante todo el pueblo cristiano repitiendo siempre lo que dijo en Caná: ‘Haced lo que Él os diga’»
Elegidos para ser santos e inmaculados
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María
Génesis 3, 9-15.20 / Salmo 97 / Efesios 1, 3-6.11-12 / San Lucas 1, 26-38
Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap. / Camino Católico.- Para que la solemnidad de la Inmaculada Concepción no se quede en mera celebración de los «privilegios» de María, sino que nos toque y nos implique profundamente, debemos comprenderla a la luz de las palabras de Pablo en la segunda lectura: «Dios Padre nos ha elegido en Jesucristo antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor». Todos, por lo tanto, estamos llamados a ser santos e inmaculados; es nuestro verdadero destino; es el proyecto de Dios sobre nosotros. Poco más adelante, en la misma Carta a los Efesios, Pablo contempla este plan de Dios refiriéndolo no ya a los hombres singularmente considerados, cada uno por su cuenta, sino a la Iglesia Universal esposa de Cristo: «Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificarla mediante el bautismo y la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada» (Ef 5, 25-27).
Una humanidad de santos e inmaculados: he aquí el gran proyecto de Dios al crear la Iglesia. Una humanidad que pueda, por fin, comparecer ante Él, que ya no tenga que huir de su presencia, con el rostro lleno de vergüenza como Adán y Eva tras el pecado. Una humanidad, sobre todo, que Él pueda amar y estrechar en comunión consigo, mediante Su Hijo, en el Espíritu Santo.
¿Que representa, en este proyecto universal de Dios, la Inmaculada Concepción de María que celebramos? La liturgia responde a esta pregunta en el prefacio de la Misa del día, cuando dirigiéndose a Dios canta: En Ella has señalado el «comienzo de la Iglesia, esposa de Cristo, llena de juventud y de limpia hermosura... Entre todos los hombres es abogada de gracia y ejemplo de santidad». He aquí, entonces, lo que celebramos en esta solemnidad en María: el inicio de la Iglesia, la primera realización del proyecto de Dios, en la que existe como la promesa y la garantía de que todo el plan irá hacia su cumplimiento: «¡Nada es imposible para Dios!». María es la prueba de ello. En Ella brilla ya todo el esplendor futuro de la Iglesia, como en una gota de rocío, en una mañana serena, se refleja la bóveda azul del cielo. También y sobre todo por esto María es llamada «madre de la Iglesia».
María no se presenta, en cambio, sólo como aquella que está detrás de nosotros, al comienzo de la Iglesia, sino también como quien está ante nosotros «como modelo de santidad para el pueblo de Dios». Nosotros no hemos nacido inmaculados como, por singular privilegio de Dios, nació Ella; es más, el mal anida en nosotros en todas las fibras y en todas las formas. Estamos llenos de «arrugas» que hay que estirar y de «manchas» que hay que lavar. Es en esta labor de purificación y de recuperación de la imagen de Dios en la que María está ante nosotros como poderosa llamada.
La liturgia habla de Ella como de un «modelo de santidad». La imagen es justa, a condición de que superemos las analogías humanas. La Virgen no es como las modelos humanas que posan, inmóviles, para dejarse pintar por el artista. Ella es un modelo que obra con nosotros y dentro de nosotros, que nos lleva la mano al representar las líneas del modelo por excelencia, suyo y nuestro, que es Jesucristo, para hacernos «conformes a su imagen» (Rm 8, 29). Es de hecho «abogada de gracia» antes aún que modelo de santidad. La devoción a María, cuando es iluminada y eclesial, en verdad no desvía a los creyentes del único Mediador, sino que les lleva hacia Él. Quien ha tenido la experiencia auténtica de la presencia de María en la propia vida sabe que ésta se determina por entero en una experiencia de Evangelio y en un conocimiento más profundo de Cristo. Ella está idealmente ante todo el pueblo cristiano repitiendo siempre lo que dijo en Caná: «Haced lo que Él os diga».
Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
Evangelio
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
San Lucas 1, 26-38
Homilía del evangelio: Dios cumple su designio eterno por mediación de la Inmaculada Concepción de María cuya descendencia aplastará la cabeza de la serpiente, liberando así de su poder a la humanidad / Por P. José María Prats
* «Por generaciones, la figura de María Inmaculada ha sido una fuente poderosísima de inspiración para muchas mujeres que la han tomado como modelo de vida, repitiendo con Ella las palabras que hemos escuchado en el Evangelio: ‘He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra’. Consagradas así a Dios por María, se constituyeron también en fuentes puras y cristalinas que engendraron familias santas, llenas de luz y de gracia, donde la oscuridad del pecado no pudo penetrar»
Inmaculada Concepción de la Virgen María
Génesis 3, 9-15.20 / Salmo 97 / Efesios 1, 3-6.11-12 / San Lucas 1 ,26-38
P. José María Prats / Camino Católico.- La solemnidad de la Inmaculada Concepción de María que estamos celebrando en el corazón del Adviento constituye un compendio de la historia de la salvación que reviviremos a lo largo del año litúrgico que acabamos de iniciar.
La segunda lectura nos presenta el designio eterno de Dios: «Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor». Pero este designio, como narra la primera lectura, quedó ensombrecido por el pecado de nuestros primeros padres, que dejó a la humanidad sometida al poder de las fuerzas del mal.
Dios, sin embargo, anuncia inmediatamente que su designio eterno se cumplirá por mediación de una mujer cuya descendencia aplastará la cabeza de la serpiente, liberando así de su poder a la humanidad. Esta mujer es María, la Nueva Eva, y su descendencia es Jesucristo, el Nuevo Adán, y su Iglesia.
En María, por tanto, se inicia la victoria sobre el poder del mal. El dogma de la Inmaculada Concepción afirma que Ella, por una especial gracia de Dios, fue redimida anticipadamente por el sacrificio de Cristo, permaneciendo ajena al pecado desde el mismo instante de su concepción. Su nacimiento supone la aparición, en un mundo oscurecido y deformado por el poder del pecado, de una fuente pura y cristalina de la que nacerá una humanidad nueva y victoriosa.
Por generaciones, la figura de María Inmaculada ha sido una fuente poderosísima de inspiración para muchas mujeres que la han tomado como modelo de vida, repitiendo con Ella las palabras que hemos escuchado en el Evangelio: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Consagradas así a Dios por María, se constituyeron también en fuentes puras y cristalinas que engendraron familias santas, llenas de luz y de gracia, donde la oscuridad del pecado no pudo penetrar.
De hecho, nuestro país ha sido especialmente sensible a lo largo de su historia a este misterio tan poderoso de la Inmaculada Concepción que la Iglesia no definiría solemnemente como dogma hasta el año 1854. Desde el siglo VII los reinos cristianos de la Península celebraban su fiesta, y muy pronto los reyes hicieron suyo el fervor popular. En el XI Concilio de Toledo el rey Wamba recibía ya el título de “Defensor de la Purísima Concepción de María”. Fernando III el Santo y Jaime I el Conquistador fueron fieles devotos de la Inmaculada y portaron su estandarte en sus campañas militares. Felipe II, en 1604, hizo obligatorio el juramento de defender el concepto de la Inmaculada Concepción en las universidades y en otros estamentos civiles y militares del reino. Más tarde, en 1760, a instancias de Carlos III y de sus Cortes, el papa Clemente XIII confirmó este patronazgo de María en todos los dominios de España.
Pidámosle hoy a María Inmaculada, nuestra patrona, que renueve en nosotros este espíritu que a lo largo de los siglos ha mantenido encendida en nuestras familias e instituciones la llama de la fe, la pureza y la santidad.
P. José María Prats
Evangelio:
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
San Lucas 1, 26-38
Que María Inmaculada nos enseñe a decir “sí” con confianza, a rechazar todo pecado y a caminar cada día con la certeza de que la gracia divina puede hacer nuevas todas las cosas / Por P. Carlos García Malo
Padre Bob McCahill, misionero de 88 años que recorre Bangladesh en bicicleta para ayudar a niños con discapacidad: «Como Jesús que difundió la Palabra de Dios, yo viajo y llego con amor y trabajo a personas de todas las religiones»
Abdul Mannan Khan y su hijo discapacitado, Abu Mosa Khan, se reúnen con el P. Robert Terence McCahill en su hogar en el distrito de Munshigonj, Bangladesh, el 18 de noviembre de 2025. El sacerdote visita aldeas a diario para encontrar niños discapacitados y conectarlos con tratamiento médico | Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA
* «Las bicicletas son el vehículo de la gente pobre. Al mismo tiempo, montar en bicicleta mantiene el cuerpo sano, por eso la uso. Creo que amarnos unos a otros es la clave de la felicidad. Además, cuando voy en bicicleta, mucha gente me hace preguntas y puedo responderlas fácilmente mientras estoy parado… Celebro la Misa yo mismo todos los días. Quiero vivir así, y cuando muera, quiero ser enterrado en este país»
Camino Católico.- El P. Robert Terence McCahill, misionero de Maryknoll que trabaja en el cuidado de la salud de personas pobres y con discapacidades en Bangladesh, cumple 50 años de servicio en el país en esta primera semana de diciembre. Durante sus cinco décadas en Bangladesh, McCahill ha visitado 13 distritos administrativos de esta nación de mayoría musulmana, pasando tres años en cada uno para servir a la población local. Dejó Srinagar, en el distrito de Munshiganj, cerca de Daca, a finales de noviembre tras completar tres años allí, aunque aún no sabe a dónde irá después.
La sencilla vivienda del padre Robert Terence McCahill en un edificio escolar de Srinagar, distrito de Munshigonj, Bangladesh, mostrada el 18 de noviembre de 2025. El espacio de 1,5 x 2,4 metros, cedido gratuitamente por las autoridades locales, contiene una cama de madera, un mosquitero, una estufa de queroseno y una bicicleta | Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA
“Creo que, así como Jesús no estuvo atado a un solo lugar y se le pidió que difundiera la Palabra de Dios, yo viajo y llego con amor y trabajo a personas de todas las religiones”, dice McCahill a CNA —agencia en EWTN News— el 18 de noviembre.
Nacido en Iowa en 1937, McCahill se trasladó más tarde a Indiana debido al trabajo de su padre. En 1964 fue ordenado sacerdote y ese mismo año llegó a Filipinas.
En 1975, él y otros cuatro sacerdotes llegaron a Bangladesh por invitación del Arzobispo de Daca, Mons. Theotonius Amal Ganguly. Tras aprender bengalí durante un año, su primer lugar de misión fue el distrito norteño de Tangail, donde trabajó durante nueve años.
En Bangladesh es conocido como “Bob Bhai”, es decir, Hermano Bob. Un amigo musulmán le dio este nombre al pensar que los musulmanes bangladesíes tendrían dificultad para pronunciar su nombre completo, y así sigue siendo llamado en las aldeas donde sirve.
“Mi único hijo ha estado discapacitado desde su nacimiento; no puede caminar ni hablar. He visto a muchos médicos, pero sin resultados”, dice Abdul Mannan Khan, de 45 años, musulmán de Munshiganj.
“Bob Bhai viene a menudo a mi casa, ríe y bromea con mi hijo. Ahora estoy recibiendo tratamiento en el hospital gracias a él. No necesito dinero”, relata Khan.
Abu Mosa Khan en brazos de su madre en su hogar en el distrito de Munshigonj, Bangladesh, el 18 de noviembre de 2025. Gracias a la ayuda del P. McCahill, la familia tiene acceso a tratamiento hospitalario gratuito en Daca | Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA
Su hijo de 15 años, Abu Mosa Khan, es el único niño de la familia y sus padres lo cuidan con devoción. Pero afirman que nadie alrededor logra conectarse con él como lo hace McCahill. “No todo es posible solo con dinero; muchas cosas grandes son posibles con amor, como lo que hace Bob Bhai”, afirma Khan.
McCahill alquila una habitación pequeña dondequiera que va, o se queda donde alguien se la ofrezca gratis. Las autoridades le han dado un espacio de 5 por 8 pies en un aula de escuela en Srinagar, separado por paredes de zinc. La habitación, apenas iluminada, contiene un desorden de ropa, una cama sencilla de madera, un mosquitero viejo, una luz eléctrica básica y un ventilador. También hay una estufa de queroseno para cocinar, algunos utensilios pequeños y una bicicleta.
El P. Robert Terence McCahill, de 88 años, recorre en bicicleta aldeas rurales del distrito de Munshigonj, Bangladesh, el 18 de noviembre de 2025 Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA
Cada día recorre al menos entre 19 y 24 kilómetros en bicicleta para visitar aldeas rurales, ver a niños discapacitados y llevarlos a diferentes hospitales cuando lo necesitan.
“Bob Bhai llega a nuestra casa muy temprano por la mañana en su bicicleta”, dice un hombre llamado Farman, de 83 años.
El nieto de Farman, Rakibul, de 8 años, quedó discapacitado un año después de su nacimiento y no puede caminar ni hablar. Su madre se volvió a casar y su padre ya no se ocupa de él, por lo que Rakibul vive con su abuelo.
“Después de recibir tratamiento en muchos lugares, ahora Rakibul está siendo atendido gratuitamente en Daca por consejo de Bob Bhai, y está mostrando algo de mejoría”, comenta Farman.
McCahill, quien perdió a su madre siendo muy joven, se mudó con su padre a Indiana. De joven trabajó repartiendo periódicos en bicicleta. Más tarde, en la secundaria, trabajó limpiando casas y luego como conductor de camiones.
Mientras conducía un camión, antes de entrar al seminario, se salvó de un accidente grave gracias a la oración. Los frenos fallaron y pensó que tendría que saltar del vehículo, pero milagrosamente sobrevivió.
“Después de sobrevivir a aquel accidente, decidí sin dudarlo que sería sacerdote y misionero”, recuerda McCahill.
Desde su juventud ha tenido una gran pasión por las bicicletas. Cuando llegó a Bangladesh, las carreteras no estaban bien desarrolladas y podía llegar a todas partes pedaleando. Por eso escogió la bicicleta como su medio de transporte.
“Entre otras razones, la principal es la sencillez, y las bicicletas son el vehículo de la gente pobre. Al mismo tiempo, montar en bicicleta mantiene el cuerpo sano, por eso la uso. Creo que amarnos unos a otros es la clave de la felicidad”, explica McCahill.
“Además, cuando voy en bicicleta, mucha gente me hace preguntas y puedo responderlas fácilmente mientras estoy parado”, añade este misionero ciclista.
El P. Robert Terence McCahill, de 88 años, trabajando en el distrito de Munshigonj, Bangladesh, el 18 de noviembre de 2025 | Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA
McCahill encuentra paz en su vida sirviendo a las personas. Continuará mientras pueda caminar, asegura. Disfruta descubrir un lugar nuevo tras otro y conocer nuevas personas. No ha enfrentado grandes dificultades en el país pese a que alrededor del 90% de la población es musulmana y menos del 1% cristiana.
“Primero hay sospecha —es natural esperarlo y recibirlo—. Para el segundo año, hay muchas personas que confían en ti, y ese es un año de construcción de confianza. Para el tercer año, ya hay afecto hacia mí. Y entonces sé que, al terminar el tercer año, puedo irme y hacer lo mismo en otro lugar”, explica.
Cree que un sacerdote no solo debe celebrar la Misa dentro de la iglesia, sino también predicar la Palabra de Cristo en todas partes. “Celebro la Misa yo mismo todos los días. Quiero vivir así, y cuando muera, quiero ser enterrado en este país”, concluye.
Annie: «Tenía que hacerme diálisis de urgencia y dije a san Charbel: ‘Te he rogado tanto y no has hecho nada; ahora tienes que curarme’; Luego, el médico al ver los análisis afirmó: «¿qué has hecho? Ya no necesitas diálisis»
Annie, devota de San Charbel, en el Líbano / Foto: Vatican Media
* Annie, que reza al santo todos los días desde el anuncio de su médico, atribuye su «curación milagrosa» al santo patrón del Líbano. Ella entregó toda la documentación médica al sacerdote encargado de analizar las curaciones en el monasterio, segura de ser la 14ª persona salvada por San Charbel Makhlouf en 2024
Camino Católico.- Annie y su hermana Seta viven juntas en un barrio popular de Beirut. Viuda y sin hijos, Annie no tiene ingresos. Seta, en cambio, trabaja, pero su salario, en millones de libras libanesas, representa sólo unas pocas decenas de dólares mensuales. Demasiado poco para vivir, no lo suficiente para sobrevivir. Annie perdió su trabajo bien remunerado como secretaria en 2004 debido a un estado de salud frágil, víctima del descarte de los más vulnerables en su empresa.
Después de este despido, desarrolló pequeños trabajos, pero nunca recuperó un empleo estable. En 2017, cayó gravemente enferma de cáncer. Sin trabajo ni seguro, la atención médica le era inaccesible. Fueron las Pequeñas Hermanas de Jesús y María quienes acudieron en su ayuda. Gracias a este apoyo, pudo seguir un tratamiento pesado y curarse.
En su pequeño apartamento de tres habitaciones, se ilumina con pilas eléctricas. La compañía eléctrica nacional suministra energía a la ciudad unas dos horas al día. Durante las horas restantes, aquellos que tienen los medios se permiten los servicios de proveedores de electricidad privados, que gestionan gigantescos generadores dispersos por toda la capital, alimentados con fueloil y extremadamente contaminantes. Al moverse por la ciudad, el olor a gasóleo es omnipresente.
Un día a día al céntimo
Hacer las compras, alimentarse, es un rompecabezas diario para las dos hermanas; todo es caro y está fuera de su alcance. Pero el principal problema sigue siendo el acceso a la atención médica. Annie es diabética y necesita tres dosis de insulina cada día. Estos cuidados cuestan 100 dólares al mes. También aquí, la congregación religiosa hace lo posible por ayudarla cuando Seta, la hermana de Annie, no logra encontrar suficiente insulina en los centros de salud públicos. «Le guardo rencor al gobierno», denuncia Annie, «¿en qué país un gobierno no se preocupa por sus ciudadanos?»
Cuando cuenta su historia, tiene lágrimas en los ojos. «Sin embargo, siempre soy optimista», dice, «es cierto que hay momentos en los que veo todo negro, pero me recupero rápidamente» dice a Jean-Charles Putzolu en Vatican News. Además, el año 2026 se anuncia complicado para Annie y su hermana. Las dos mujeres viven en un apartamento de alquiler cuya renta podría aumentar considerablemente a partir de enero, cuando entre en vigor una nueva legislación. Simplemente temen ser desalojadas y realojarse será casi imposible debido a sus bajos ingresos.
Al igual que Annie y Seta, una gran mayoría de libaneses vive por debajo del umbral de la pobreza, en un país que una vez fue calificado como la «Suiza de Oriente». Las dos hermanas están lejos de ser un caso aislado.
Monasterio de san Charbel Makhlouf en el Líbano, donde el Papa León XIV rezó ante la tumba del santo / Foto: Vatican Media
Devota de San Charbel
Antes de su enfermedad, Annie, armenia-católica, se dirigía muy regularmente a la tumba de San Charbel en el monasterio de Annaya, donde el Papa León XIV ha orado el lunes 1 de diciembre de 2025. Rezaba ante el ermitaño maronita. El deterioro de su estado de salud le impidió continuar su peregrinación durante varios años.
El año pasado, sin haber recibido insulina durante tres días, se preocupó. Un análisis de sangre reveló valores alarmantes. Un médico del hospital le pidió que se hiciera diálisis de urgencia. Pero fue imposible encontrar un lugar de inmediato. El sistema sanitario público está saturado.
Mientras esperaba que le dieran una cita, su sobrina la visitó y le ofreció una imagen del santo maronita; ella se puso tensa y se molestó un poco: «Me dirigí a San Charbel mirando la foto. Le dije: “¿por qué no me has ayudado? Te he rogado tanto y no has hecho nada por mí. Ahora tienes que curarme”». Pasaron quince días, y Annie se hizo otro análisis de sangre. No entendió los resultados y dejó que el médico del hospital se ocupara de interpretarlos por ella. «Annie, ¿qué has hecho? Tus valores son normales, ya no necesitas diálisis», le dijo.
Annie, que reza al santo todos los días desde el anuncio de su médico, atribuye su «curación milagrosa» al santo patrón del Líbano. Ella entregó toda la documentación médica al sacerdote encargado de analizar las curaciones en el monasterio, segura de ser la 14ª persona salvada por San Charbel Makhlouf en 2024.















