Lo que contamina al hombre: XXII Domingo del tiempo ordinario (B)
Deuteronomio 4, 1-2. 6-8; Santiago 1, 17-18. 21. 27; Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23
2 de septiembre de 2012.- (Camino Católico) «Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. [...] Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre». En el pasaje del Evangelio de este domingo Jesús corta de raíz la tendencia a dar más importancia a los gestos y a los ritos exteriores que a las disposiciones del corazón, el deseo de aparentar -que se es más que de serlo- bueno. En resumen, la hipocresía y el formalismo.
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