«“Yo soy la Luz del mundo”. Estas palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza, acordándome de mi insano deseo de saber sin Dios y contra Dios. Esta es la “clave” de las “claves del Tarot”. Conocimiento al margen de lo permitido por Dios, tomar el saber por asalto, sin razón, sin ciencia, sin Dios. Y con el riesgo – siempre seguro – de ser engañado sutilmente una y otra vez. Puede llevar años de vida deshacer un entuerto generado por estas “mancias”»
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