“Donde está el engaño, no está el Espíritu de Dios. Esta es la diferencia entre pecador y corrupto. Debemos reconocernos pecadores, sí, todos ¡eh! Todos lo somos. Corruptos no. El corrupto está fijo en un estado de suficiencia, no sabe lo que es la humildad. Todos conocemos a alguien que está en esta situación y ¡cuánto mal hacen a la Iglesia! Cristianos corruptos, sacerdotes corruptos… ¡Cuánto mal hacen a la Iglesia! Porque no viven en el espíritu del Evangelio, sino en el espíritu de la mundanidad”
No hay comentarios:
Publicar un comentario