“Los carismas son gracias especiales, dadas a algunos para hacer el bien a otros. Son actitudes, de la inspiración y de los impulsos interiores, que surgen de la conciencia y de la experiencia de determinadas personas, que están llamadas a ponerlos al servicio de la comunidad. En particular, estos dones espirituales benefician a la santidad de la Iglesia y su misión. Todos estamos llamados a respetarlos en nosotros y en los demás, para acogerlos como estímulos útiles para una presencia y una obra fructífera de la Iglesia”
Al terminar la catequesis ha pedido a todos los presentes orar en silencio y un Ave María por Noemí, una niña enferma de un año y medio
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