“Iniciemos en nuestra casa, justicia y paz entre nosotros. Se comienza en casa y después se va hacia adelante, hacia toda la humanidad, pero tenemos que comenzar en casa. El Espíritu Santo actué en los corazones, derrita lo que está cerrado y las durezas y nos conceda volvernos tiernos delante de la debilidad del Niño Jesús”
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