“Discernir siempre lo que hace el Espíritu en mi corazón, qué quiere el Espíritu en mi corazón, a dónde me lleva el Espíritu de mi corazón. Y obedecer, discernir y obedecer. Pidamos hoy la gracia de la docilidad a la Palabra de Dios, a esta Palabra que está viva y eficaz”
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