“¡Esto no se compra! Es un regalo de Dios y debemos pedirlo: ‘Señor ¡hazme el regalo de morir en casa, en la Iglesia!’. Pecador sí, ¡todos los somos! Pero ¡traidores no! ¡Corruptos no! ¡Siempre dentro! Y la Iglesia es tan madre que nos quiere así, muchas veces sucios. La Iglesia nos limpia: ¡es madre!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario