Salió transformada de aquel encuentro. Llegó a su clínica, y vio que las chicas que esperaban para el aborto "estaban llorando": "Reparaba en ello por primera vez, yo hasta entonces solía ser el martillo que las empujaba hacia sus abortos. Comprendí que no sólo era una mujer-que-mata-niños, sino que era también una mujer-que-mata-mujeres"
No hay comentarios:
Publicar un comentario