* «Pensemos en esos hombres y mujeres que llevan una vida difícil, luchan para llevar adelante la familia, educar a los hijos. Esto lo hacen porque tienen el don de la fortaleza que los ayuda. Estos hermanos y hermanas nuestros son santos, santos cotidianos, santos escondidos en medio de nosotros. Tienen el don de la fortaleza para llevar adelante sus deberes de personas, de padres, madres, hermanos y hermanas, ciudadanos. Muchos, ¡tenemos muchos! Demos gracias a Dios por estos cristianos que son de una santidad escondida, es el Espíritu dentro el que los lleva adelante»
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