«La pregunta es: ¿a qué cosa queremos dar la prioridad? El domingo libre del trabajo -exceptuados los servicios necesarios- afirma que la prioridad no es la economía, pero lo humano, lo gratuito, las relaciones no comerciales pero familiares, de amigos, para los creyentes es la relación con Dios y con la comunidad. Quizás haya llegado el momento de plantearnos si trabajar el domingo sea una verdadera libertad. Porque el Dios de las sorpresas rompe los esquemas, da sorpresas y rompe los esquemas para que nosotros nos volvamos más libres, es el Dios de la libertad»
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