«Pienso mucho en la cruz. No me he quitado nunca el crucifijo que me regalaron el día de mi bautizo [...] Cuando voy por la calle y paso por delante de una Iglesia, si tengo tiempo, entro para hablar un rato con Dios. Le pido que me conceda el discernimiento necesario para tomar siempre las decisiones más acertadas»
No hay comentarios:
Publicar un comentario