Sergio, que apoyó a su pareja para practicarse un aborto explica las consecuencias para él: «Perdí la autoestima, la confianza en mí, ya no quería hacer nada. Fue un infierno»
«Yo no estaba bien ni conmigo ni con Dios, fue cuando decidí buscar ayuda y así llegué a IRMA, donde me han ayudado a encontrar el camino del perdón y a valorar la vida»
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