La tenacidad y el amor de sus padres le salvaron y pesó al nacer poco más de 600 gramos y ahora es un niño sano y feliz. Su madre asegura que "entiendo que los médicos tienen que decirte el peor de los casos y deben ser duros, pero no hay dos personas en este planeta que sean exactamente iguales y los médicos no dieron ni una oportunidad a Jett"
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