«Si quieren que sus hijos se hagan verdaderos cristianos, ayúdenlos a crecer “consagrados” en el Espíritu Santo, es decir, en el calor del amor de Dios, en la luz de su Palabra… Por esto, no se olviden de invocar con frecuencia al Espíritu Santo, todos los días. Pueden hacerlo, por ejemplo, con esta sencilla oración: “Ven, Santo Espíritu, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor”. Pueden rezar esta oración por sus hijos, ¡además que por ustedes mismos!»
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