«Hice una promesa a Dios de tratar a toda mujer como me gustaría que trataran a mi futura hija, a mi madre o a mis tres hermanas. Entendí que el sexo es sagrado, es un regalo de Dios, hay que cuidarlo, hay que preservarlo, ¿para qué? Para compartirlo con mi esposa. ¿Cuándo? El día que me case»
No hay comentarios:
Publicar un comentario