«Debemos ser uno, una sola cosa, como Jesús y el Padre son una sola cosa. Es precisamente éste el desafío de todos nosotros, los cristianos: no dejar lugar a la división entre nosotros, no dejar que el espíritu de la división, el padre de la mentira entre en nosotros. Buscar siempre la unidad. ¿Jesús te ha perdonado? Perdona a todos. Jesús reza para que nosotros seamos uno, una sola cosa. Y la Iglesia tiene tanta necesidad de esta oración de unidad»
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