* "Jamás imaginamos que este desafío terminaría siendo una gran bendición, un milagro que Dios usaría para unificar nuestras familias y construir un legado. Fue en la semana 16 de mi embarazo que me dije, lo haré. Prometí amar toda la vida no sólo a quien sería mi esposo, sino a este niño que vino a cambiar esta vida”
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