"El párroco me preguntó, sin preámbulos: «¿Has pensado alguna vez en ser sacerdote?»… Por aquellos años, yo no había pensado en el sacerdocio, yo era un actor ocupado… Hubo momentos en que no era quizá tan activo para profesar mi fe. A veces confesaba a mis amigos que tenía una especie de sequedad, una ausencia de algo y que no sabía lo que era. Empecé a razonar y a encontrar respuestas… Me puse a llorar y luego le dije que me diera tiempo para pensar. Nunca lo había visto y me preguntaba ¿Es esto lo correcto?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario