«Dios pedirá cuenta a los esclavistas de nuestros días, y nosotros hemos de hacer todo lo posible para que estas situaciones no se produzcan más… El flujo del capital no puede determinar el flujo y la vida de las personas... ¿Qué quiere dejar México a sus hijos? ¿Quiere dejarles una memoria de explotación, de salarios insuficientes, de acoso laboral o de tráfico de trabajo esclavo? ¿O quiere dejarles la cultura de la memoria de trabajo digno, de techo decoroso y de la tierra para trabajar? ¿Un aire capaz de generar –la palabra es clave-, generar alternativas, generar renovación o cambio? Generar es ser co-creadores con Dios. Claro, eso cuesta, cuesta»
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