* «Vivir la gratitud por el encuentro con Jesús y por el don de la vocación a la vida consagrada. Agradecer, acción de gracias: Eucaristía. Cuan hermoso es cuando encontramos el rostro feliz de personas consagradas, quizás ya con tantos años como Simeón o Ana, felices y llenas de gratitud por la propia vocación. Gratitud por el don del Espíritu Santo, que anima siempre a la Iglesia a través de los diversos carismas»
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