* «¿Yo estoy en el camino de la vida o en el camino de la mentira? ¿Cuántas cerraduras tengo en mi corazón aún? ¿Dónde está mi alegría: en el hacer o en el decir? ¿En el salir de mí mismo para ir a encontrar a los demás, para ayudar? – ¡Las obras de misericordia, eh! O ¿mi alegría es tener todo organizado, encerrado en mí mismo?’. Pidamos al Señor la gracia de ver siempre a los Lázaros que están a nuestra puerta, los Lázaros que tocan el corazón, y salir de nosotros mismos con generosidad, con actitud de misericordia, ¡para que la misericordia de Dios pueda entrar en nuestro corazón»
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