“Cuando yo competía en triatlón mi fe formaba parte de mis éxitos. Siempre tenía una reliquia del Padre Pío bajo el sillín de la bicicleta, y mi familia le tenía gran devoción. Solía coser un escapulario por devoción a la Virgen María en mi uniforme deportivo. Rezaba el rosario mientras competía y sacaba fuerzas de la fe para mejorar”
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