* «Proclamen la palabra de Dios a tiempo y a destiempo; exhorten con toda paciencia y deseo de edificar. En la oración y en el sacrificio eucarístico, pidan abundancia y diversidad de gracias, para que el pueblo a ustedes encomendado participe de la plenitud de Cristo. No se olviden que la primera tarea del Obispo es la oración: esto lo ha dicho Pedro, el día de la elección de los siete diáconos. La segunda tarea, el anuncio de la Palabra. Luego viene lo demás. Pero el primero es la oración. Si un Obispo no reza, no podrá hacer nada»
No hay comentarios:
Publicar un comentario