* «Son los testigos, es decir los santos, los santos de todos los días, los de la vida ordinaria, pero con coherencia, y también testigos hasta el final, hasta la muerte. Estos son la sangre viva de la Iglesia, estos son los que llevan adelante la Iglesia. Los testigos: los que atestiguan que Jesús está resucitado, que Jesús está vivo, y lo atestiguan con la coherencia de vida y con el Espíritu Santo que han recibido como regalo»
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