* «¡Qué lindo sería que como un recuerdo, como un monumento de este Año de la Misericordia haya en cada diócesis una obra estructural de misericordia! Un hospital, una casa de reposo para ancianos, para niños abandonados, una escuela donde no haya, una casa para recuperar a los que sufren adicciones, y tantas otras cosas que se pueden hacer. Sería lindo que cada diócesis piense: qué puedo dejar como recuerdo viviente, como obra de misericordia viviente, como llaga de Jesús viviente, en este Año de la Misericordia. Pensemos y hablemos con nuestros obispos»
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