“Por ello no podemos recibirla si esta comunión se ha roto por un pecado grave o si nuestra vida no se ajusta a sus mandamientos como en el caso de quienes conviven sin estar casados ante Dios. Recibirla en estas condiciones sería una contradicción, una mentira, una hipocresía; como la de quien abraza a un amigo a quien antes ha estado criticando”
No hay comentarios:
Publicar un comentario