“Somos imagen y semejanza de Dios y por lo tanto todo lo nuestro le interesa, le parece apasionante. Todo lo humano habla de nuestra sed de Dios, del afán de Dios y del afán que Dios tiene de nosotros mismos. Yo hecho de menos en la narrativa contemporánea que los personajes abran un poco más su expectativa hacia lo divino”
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