El hecho extraordinario sucedió el miércoles 11 de mayo y lo cuenta Giuseppe Secondi, presidente de la subsección de Milán-Suroeste de Unitalsi y director de la peregrinación: "Son las ocho y media de la tarde y estamos jugando con la niña, cuando le digo que no puedo seguir jugando con ella porque tengo una cosa que hacer. Entonces la niña se vuelve hacia su madre y la veo quitarse los audífonos, sin los cuales está condenada a la sordera. Cuando su madre le dice que se los vuelva a poner, responde: «Oigo bien, ya no me hacen falta»"
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