“Comenzamos a correr y, desafortunadamente, me dispararon cerca de tres veces en mi pierna, así que caí. El terrorista disparaba a todos los que ya estaban muertos en el piso, asegurándose de que estén muertos. Al ver que disparaba a una joven a mi lado, pensé: soy el siguiente, estoy muerto. Así que no sé cómo, pero por la gloria de Dios él dispara hacia mi cabeza pero da en mi mano, y luego me dispara otra vez y me da en el lado de la cadera. Creía que ahí iba a terminar por lo que oré a Dios. Dije ‘Señor no dejes que yo me vaya en estos momentos, así en esta condición’”
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