* “Este hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó representa –nos dicen los Padres– al ser humano que al inicio de los tiempos estaba en comunión con Dios (Jerusalén) pero que, instigado por el maligno (los bandidos que le tendieron una emboscada), rechazó el plan divino para la creación buscando en vano su realización personal lejos de Dios (Jericó)”
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