“¿Cómo es que ahora nos dice Cristo que no ha venido a traer paz sino división? La causa de esta división no es el Espíritu Santo, sino la libertad humana que lo acoge o lo rechaza. En un mundo que permanece casi a oscuras, iluminado por una luz muy tenue, la diferencia entre los que andan buscando la luz y los que la rechazan es pequeña, pero si de repente se enciende una luz muy potente, entonces la diferencia entre unos y otros es abismal y lleva inevitablemente a la división y al enfrentamiento”
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