* «Vi que la Virgen me pedía tres cosas: “Una de ellas era dejar mis malos amigos. Gracias a la confesión, Dios me dio la fuerza para hacerlo. Después de esta confesión, y gracias a la Virgen, me sentí muy fuerte y pude hacer aquello que antes no podía hacer. Dejé de ir a las fiestas y con mis amigos. Dejé todo aquello y gané la paz en el alma y una cercanía muy grande con el Amor de Dios. Comprendí que aunque tienes pecados y fallos, su misericordia y su amor es más grande que tu pecado»
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