"Fue una experiencia de gracia, del amor del Señor. Vi pasar todos los pecados de mi vida a través mío, incluso los que había confesado mal, me pasaron por la mente. Sentí como que Dios me decía: 'Cuando tú te alejabas de mí, yo continuaba amándote'. Y después sentí el amor de Dios que se derramaba en mí, tan grande, tan desbordante, tan fuerte que mi cuerpo físico parecía que no iba a poder albergarlo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario