Los niños han rodeado a Francisco para abrazarlo, y sus padres no han podido contener la emoción. La visita del Santo Padre ha sido muy apreciada por todos los presentes que han podido sentir no el juicio del Papa por su elección, sino su cercanía y afecto. Mientras el tiempo transcurría rápidamente, el Papa escuchaba sus historias y seguía con atención las consideraciones acerca de los procedimientos jurídicos de los casos individuales. Su palabra paternal ha asegurado a todos sobre su amistad y la certeza de su interés personal
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