«Supone una manera de ayudar a sanar las heridas y también de ayudar a vivir con serenidad sabiendo que tu hijo está en el cielo. La confesión no implica sentirse que ya estás curada. Al tratarse de un pecado tan grave tiene que haber un recorrido y un acompañamiento porque lo que más cuesta es perdonarse a uno mismo. Por eso este pecado tiene que tener un seguimiento que te lleve a un cambio de vida»
No hay comentarios:
Publicar un comentario