“Hoy muchas personas íntegras han abandonado la fe porque no han sabido asumir debidamente las dificultades que les han tocado vivir o porque se han formado una imagen extraña de Dios que les resulta absurda o incoherente. A menudo oímos comentarios de este estilo: “¿Para qué seguir creyendo y orando si mi hijo ha muerto joven en un accidente?” o “yo no puedo creer en un Dios omnipotente que nos ame y a la vez permita tanta injusticia y sufrimiento en el mundo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario