* «El mediador, en cambio, se pierde a sí mismo para unir a las partes, da la vida, a sí mismo, el precio es ese: su propia vida, paga con su propia vida, su propio cansancio, su propio trabajo, tantas cosas – en este caso el párroco – para unir a la grey, para unir a la gente, para llevarla hacia Jesús. La lógica de Jesús como mediador es la lógica de aniquilarse a sí mismo. San Pablo en la Carta a los Filipenses es claro sobre esto: ‘Se aniquiló a sí mismo, se despojó de sí mismo’ pero para hacer esta unión, hasta la muerte, muerte de cruz. Esa es la lógica: despojarse, aniquilarse»
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