* «¿Cómo es mí hoy? El ocaso puede ser hoy mismo, este día o tantos días después. Pero ¿cómo va mi hoy en presencia del Señor? Y mi corazón, ¿cómo es? ¿Es abierto? ¿Está firme en la fe? ¿Se deja conducir por el amor del Señor? Con estas preguntas pidamos al Señor la gracia de la que cada uno de nosotros tiene necesidad»
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